Quienes conocieron a Manuel Miranda en el pasado aún se preguntan cómo desde la pequeña Collanzo (Aller) pudo terminar codeándose con la flor y nata del narcotráfico. Nunca le pudieron demostrar una relación con Laureano Oubiña, pero la que tuvo con Sito Miñanco le ha llevado a la cárcel tras ser detenido en Getafe, a pesar de los microimplantes para esconder sus huellas y los injertos de pelo para disimular su rostro. El titular del Juzgado central número 4 de la Audiencia Nacional, José Luis Calama, le ha mandado a prisión. Pero Miranda dice que no es Miranda: "Soy peruano". Su mujer está viajando desde Lima con papeles -incluso una partida de nacimiento- que demostrarían que nació en Perú y no es Manuel Miranda.

Su hermano, el abogado Francisco Miranda -que ha defendido a José Emilio Suárez Trashorras y a Francisco Correa, entre otros-, asegura que desconoce si se trata de Manuel. "Si es él, y si solicitase mis servicios, lo que le diría es que reconozca los hechos, si los ha cometido, y se rehabilite, como hice yo". Y es que este abogado, tras acumular 28 años de cárcel, estudió Derecho en prisión y logró reducir sus penas a once años, salir libre y labrarse una carrera.

Manuel Miranda está preso ahora en Soto del Real, en Madrid, una cárcel en la que bien podría estar trabajando de no haber traspasado la línea. Y es que fue funcionario de prisiones y trabajó en cárceles como la de Bilbao, en los años duros de ETA, cuando fue secuestrado Ortega Lara, y también en la de Asturias, aunque dicen que sólo nominalmente. Al parecer inició estudios de Derecho, que no terminó. En los años noventa algo se torció, y Miranda, que tiene ahora 53 años, se pasó al lado oscuro. Quizá fue en la cárcel donde contactó con los narcos. La Policía sostiene que empezó a moverles los barcos para descargar la droga en Galicia. En 1999 se le detuvo en relación al "Regina Maris", un pesquero con 12,5 toneladas de hachís que llevó a la condena de Laureano Oubiña. Miranda terminó librándose, e incluso, dicen, sacó una indemnización.

Perú, Togo, Marruecos

Por aquella época, se sospecha (porque Miranda nunca ha sido condenado) que empezó su relación con Sito Miñanco. Se le intentó implicar en la "operación Grumete", que llevó a Miñanco a la cárcel, pero tampoco se le pudo demostrar nada. Una de las reclamaciones que tiene es por el alijo del torpedero alemán "Cork", en el que Vigilancia Aduanera encontró 3,5 toneladas de cocaína en 2003.

Parece que Miranda halló refugio en Perú, aunque también tiene buenos contactos en Togo y le hallaron con papeles croatas. En los últimos tiempos se había instalado en Málaga y pasaba a menudo a Marruecos, el tradicional origen del hachís, aunque ahora es una escala intermedia del tráfico de coca.