"Cuando vi el despliegue de los servicios médicos no me quise ni asomar". Así se vivió de cerca uno de los peores accidentes laborales que se recuerdan recientemente en Cangas del Narcea. Todo sucedió el jueves por la tarde, casi a la hora de cierre. La dueña de la Carnicería Narcea, de 42 años, tuvo que ser trasladada al hospital al quedar una de sus manos atrapada en una máquina picadora por motivos que aún se desconocen.

Al principio parecía que todo se iba a solucionar en el Hospital Carmen y Severo Ochoa, pero al no poder excarcelar la mano de la máquina, se decidió evacuar a la mujer al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) en helicóptero.

Aunque la operación fue complicada, siendo necesaria la colaboración de los bomberos para poder separar la máquina de la extremidad, lo más grave ya ha pasado. Según el hermano de la víctima, Juan de Sol, parece que todo va bien y pronto podrá volver a pasear por las calles canguesas. "Han tenido que amputarle las zonas dañadas, pero ya está en planta mostrando mejoría", explica con alivio tras los duros momentos y la incertidumbre vividos el jueves.

La gravedad del suceso ha calado entre sus vecinos, que se declaran consternados. "Es una mujer muy querida por todos, es una verdadera pena lo que ha pasado. Mi marido y yo somos clientes de la carnicería desde hace 28 años. Es una vecina que queremos mucho", comentó Alicia García, propietaria de la cafetería Mallo Menéndez, que se encuentra a menos de 100 metros del local donde ocurrió el accidente laboral.

Un trabajador de uno de los negocios colindantes estaba en su puesto en el momento de los hechos. "Es una chica muy agradable y simpática, por eso cuando vi lo que estaba pasando me resultó tan duro que decidí quedarme en mi sitio y no salir", confiesa el hombre, que prefiere no revelar su identidad. "Espero que se recupere lo antes posible y así verla pronto por aquí", agrega.

Los vecinos de Cangas del Narcea tardarán en olvidar este grave suceso, ya que el accidente causó un gran revuelo en el vecindario y el despliegue de los servicios médicos para atender a la mujer herida obligó a regular el tráfico en la calle Uría, una de las vías más transitadas de la villa canguesa.