Consternación en Quirós, donde lamentan el fatal accidente de Cristina Rodríguez, quirosana fallecida en los Pirineos aragoneses mientras practicaba su gran pasión, el montañismo. Perteneciente a una familia muy conocida en el concejo, su madre regentó durante varias décadas una tienda en la capital quirosana, donde ayer por la mañana se podía sentir el dolor por la triste noticia llegada desde tierras aragonesas.

Cristina Rodríguez, fallecida a los 43 años, se había criado en Bárzana, donde realizó sus primeros estudios. Cursó Pedagogía en la Universidad de Oviedo, aunque con el tiempo la vida le llevó lejos de tierras asturianas. Vivía en Barcelona desde hacía casi una década. Visitó la Ciudad Condal en 2007 por primera vez y decidió que quería asentarse allí, al contar con mejores perspectivas laborales que en Asturias. Pasó de dar clases particulares en casa, en su tierra natal, a montar una academia en Cataluña. Era propietaria de la citada academia y muy aficionada a la montaña. Sus primeros pasos en esta afición tuvieron como escenarios el puerto Güeria o el puerto de Canchongo, dos lugares muy queridos por los quirosanos. Afición que fue creciendo con los años, convirtiéndose en pasión, y que le llevó a ascender el Kilimanjaro, el pico africano más elevado.

Aunque hacía casi una década que no vivía en el concejo, deja en el mismo un profundo recuerdo. Su madre, Anita, estuvo al frente de una tienda de alimentación en la capital quirosana durante muchos años. Además tenían también una fábrica de embutidos y casas de aldea. Su padre, miembro de una familia numerosa, es un quirosano también conocido, sobre todo entre los aficionados a la caza. Cristina Rodríguez murió mientras practicaba su gran pasión cerca del pico Aneto, lejos de la montaña asturiana junto a la que se crió y donde deja un hondo recuerdo. Quirós llora la trágica pérdida de su vecina.