Sin rastro desde junio de 2014

Joaquín, legionario y amante del mar: pudo ser asaltado por piratas del narco cuando desapareció

Su rastro se perdió cuando fue a probar un barco en Torrox (Málaga). Junto a él desapareció el dueño de la embarcación | Seis años después una persona aseguró que los había visto trabajando, de forma forzosa, en un campo del sur de Marruecos

Fotos de Joaquín Espinosa, desaparecido en 2014.

Fotos de Joaquín Espinosa, desaparecido en 2014. / Cedida por su familia a CASO ABIERTO.

Tamara Morillo

Tamara Morillo

"No tardo, entro y salgo'. Es lo último que me dijo mi hijo. Tardo un par de horas, nada más". Se llama María y, desde hace casi nueve años, vive buscando respuestas. Buscándolo a él. Joaquín Espinosa, legionario, amante de las motos, del patinaje sobre hielo y aficionado al mar. Su rastro se perdió en un barco que partió de Torrox (Málaga). Aquel 27 de junio de 2014 salió de casa para ir a probar una embarcación que, si encajaba, quería comprar. Acababa de sacarse el título de patrón. Nunca regresó a casa. Nunca volvió al cuartel. Agentes de la Policía Nacional, Guardia Civil y miembros de Salvamento Marítimo, intentaron localizar el barco. Tampoco apareció.

"Dan por hecho que el barco se ha hundido y que mi hijo está muerto", lamenta María. Una llamada, seis años después, la removió por completo. Le hablaron de organizaciones dedicadas al narcotráfico, de plantaciones de droga poco accesibles, ocultas. De piratas, de gente secuestrada en el mar. "De un montón de jóvenes, de diferentes nacionalidades trabajando obligados por la fuerza en campos...". La misma voz describió a Joaquín, y al dueño del barco, desaparecido junto a él. "Dijo haber visto a dos españoles en una población del sur de Marruecos, cerca del Sáhara, iban como llevándolos de un sitio a otro". La palabra es esclavo, pero María teme verbalizarla: "así es".

El día en que navegaban no hubo llamadas ni señales de emergencia, la embarcación nunca apareció. Sin rastro desde hace 9 años, todas las hipótesis familiares son factibles, la investigación policial se agotó en el mar.

Joaquín Espinosa, en un barco, nevagando. Acaba de sacarse el patrón.

Joaquín Espinosa, en un barco, navegando. Acaba de sacarse el patrón. / CASO ABIERTO

Nueve años atrás

"Acababa de venir de hacer un examen", retrocede María. "Joaquín quería entrar en los blindados, quería cambiar y, bueno, también formarse ya que a los 45 años no podía seguir donde está". Ese fin de semana no trabajaba. "Vino a casa (La Línea de la Concepción, Cádiz) a eso de las 17:30 horas y se marchó porque había quedado con un chico que había conocido por Internet para probar un barco que vendía. Iba a Torrox (Málaga)".

"Pantalón negro, camiseta amarilla y unas chanclas, no se me olvida... Le dije: 'Si vas al barco ponte zapatos o zapatillas, Joaquín...’. Él me contestó que no, que iba bien. Que era salir y entrar. Que no tardaba, que en dos horas regresaría. Recuerdo que poco antes le ayudé a preparar el uniforme, su bolsa, para cuando regresara al cuartel, por si por mi trabajo no teníamos mucho tiempo de coincidir".

La siguiente noticia se la daría por teléfono la Guardia Civil. "Me llamaron. Me dijeron que necesitaban que le confirmara si el coche que aparece en el varadero seco de Torrox era el de Joaquín. Les dije que sí". Los agentes le preguntaron que dónde estaba su hijo. "Les dije que en el cuartel. Fue cuando me dijeron que no y que, por parte del chico que iba con él, había una denuncia por desaparición. Fui a su habitación y encontré su bolsa sin tocarla, tal y como la dejó. Mi hijo había desaparecido también".

Joaquín, en diferentes fotos de su álbum familiar.

Joaquín, en diferentes fotos de su álbum familiar.

Sin rastro de ‘Poyoyo’

Embarcación fueraborda de color azul, bautizada como ‘Poyoyo’. Los investigadores confirmaron que salió del varadero. A bordo iban Joaquín y el dueño, los dos. Se activó a Salvamento Marítimo que confirmó que "no hubo señal de alerta, emergencia ni petición de auxilio" en esa zona en el mar.

María, casi a la fuerza, se hizo experta en embarcaciones. "El 27 de junio era viernes. Fue un fin de semana, dicen, con muchísimo tráfico marítimo. Resulta que todos los barcos llevan abierto un canal de emergencia, el canal 16. Por ese canal no recibieron ninguna llamada de auxilio. El barco llevaba bengalas, tampoco las vieron encendidas; iba equipado con una radiobaliza, estas no dan señales -y generalmente nunca se pierden- en ningún lado...". Los investigadores surcaron el mar: sin noticias de los desaparecidos. Sin rastro de 'Poyoyo'.

"Hay muchos objetos del barco que no se hundirían y no se ha encontrado nada. O no se buscó, o se busco mal o el accidente no ocurrió".

María analiza el resto de elementos de la embarcación: Modelo Swift Craft, MA 4-53-00, matrícula de Málaga. "Sé que si el barco se hunde... se hunde y ya está, pero esta embarcación es fácil que deje rastro. Los salvavidas eran de corcho, no se pinchan, flotarían. La cabina se soltaría, flota también. Hay muchos objetos del barco que no se hundirían y no se ha encontrado nada".

María dibuja varias opciones: "no quiero echar la culpa a nadie, pero algo ha fallado. Hay muchos objetos del barco que no se hundirían y no se ha encontrado nada.  O no se buscó, o se busco mal... Es decir, han hallado restos y no han investigado de dónde son". Visualiza una tercera opción, “o no hubo ese tipo de tragedia con el barco, el accidente no ocurrió".

María rodeada de expertos pudo saber, también, que "si el barco se hubiese quedado sin gasolina, o hubiera pasado algo, las corrientes podían haberlo llevado hacia Marruecos o Argelia". Pusieron la vista ahí.

Cárceles y calabozos

"A nivel oficial nos trataron de forma diplomática, pero no hicieron nada", recuerda la mujer, que viajó hasta Marruecos. "Por suerte, por cuestiones laborales teníamos contactos con muchas embajadas y conseguimos que en Marruecos salieran barcos a buscar. Miraron en cárceles, en calabozos y no apareció ningún español. Salieron barcos en Argelia también y tampoco encontraron nada".

Se impuso el silencio, a excepción de un susto: "un señor llamó a SOS Desaparecidos, porque creía que había visto el barco". Fue una farsa alarma, no era él.

Narcos y piratas

Sin rastro, sin indicios, los días se convirtieron en meses. "Es muy difícil encontrar pistas en el mar...". El dolor hizo que la salud de María se resintiera, "me dio un brote, perdí vista, no podía andar…". Durante seis años intentó asumir que su hijo estaría en el mar, hasta que una persona le habló de narcos y de un joven que se parecía a Joaquín.

"Me hablaron de piratas que roban barcos, yates… Parece una película, pero igual que te roban un coche en tierra, te roban en el mar", resume María. "Esta gente, aparte de robar, muchas veces se llevan a las personas para trabajar, forzosamente, en sus tierras". A la mujer le hablaron de plantaciones, narcos y esclavitud. "Me comentaron que habían visto dos españoles, con las características de mi hijo y del otro chico, el dueño del barco, en una población del sur de Marruecos, próximo al Sáhara, en estos campos, los llevaban y traían junto a jóvenes de otras nacionalidades".

María intentó por todos los medios que un programa de televisión marroquí difundiera la foto de su hijo. "Me dijeron que llamarían". Nadie la llamó.

Fotos rescatadas por la familia, "tenemos pocas, su móvil, en las que había muchas, desapareció con él".

Fotos rescatadas por la familia, "tenemos pocas, su móvil, en las que había muchas recientes, desapareció con él". / Cedidas a CASO ABIERTO

Tres años después -desde que desapareció ya son nueve- María sigue esperando a Joaquín. Divertido, familiar, militar y motero: "tuvo su primera moto con 8 años". Lo recuerda día y noche: "no hay día que no". Responsable, "con buen estómago", ríe María, "las barbacoas son su perdición".

"Creer en que hubo un accidente sería lo fácil. Lo intento... No es que no quiera aceptarlo, es que algo me dice que no". Intenta sonreír, pero el dolor lo lleva dentro. Necesita que no olviden a su hijo. Que lo busquen en tierra también. "Yo no puedo demostrar que está vivo, pero nadie puede demostrarme que mi hijo murió".