Como cada año, el 22 de marzo celebramos el Día Mundial del Agua para tomar conciencia de la importancia que este elemento tiene para nuestra vida y la de nuestro planeta.

Esta fecha, muy próxima al inicio de la primavera, nos brinda habitualmente un motivo para organizar actividades que nos acercan al disfrute del agua en la naturaleza o al conocimiento de su gestión en las distintas instalaciones de potabilización y depuración que tenemos repartidas por nuestra comunidad autónoma.

Este 2020, sin embargo, la celebración del agua tendrá que ser necesariamente distinta debido a la reclusión a la que nos obliga la pandemia del coronavirus COVID19, pero no por eso debemos renunciar a celebrar el acceso al agua limpia, al saneamiento y la higiene que nos brinda como elemento fundamental para la salud. Y es que en estos días el agua es, si cabe, más utilizada que nunca en gestos tan cotidianos como el de lavarse las manos, y que nuestras autoridades sanitarias nos recomiendan hacer con mayor frecuencia.

Por eso, esta conmemoración nos ofrece la oportunidad de reflexionar sobre la forma en que gestionamos el recurso y el servicio que se presta, tanto desde todos los niveles de la Administración -ayuntamientos, gobiernos autonómicos y Estado- , como desde las empresas del sector, para que el agua no pare de fluir y llegue con seguridad, calidad y en cantidad adecuada a todos, y para que también seamos conscientes de la importancia de que se la devolvamos a la naturaleza en las mejores condiciones para preservar nuestro medio ambiente.

En estos días en los que aplaudimos a las personas y profesionales que nos cuidan, nos suministran lo necesario y hacen, en definitiva, que, dentro de la excepcionalidad casi apocalíptica en la que vivimos todo siga funcionando, tenemos que celebrar que contamos con unos profesionales, los del sector del agua, que siguen trabajando para garantizar que al abrir el grifo el agua fluya y que sigamos estando tranquilos cuando la vemos escapar por los desagües porque tenemos la certeza de que llegará en las mejores condiciones a nuestros ríos y a nuestro mar Cantábrico.

Para el aprovechamiento de los recursos hídricos, Asturias cuenta con varios embalses con los que abastece a una buena parte de su población y a ciertas industrias. Por su importancia regional destacan los existentes en la cuenca alta del Nalón, que se almacenan y regulan en los embalses de Tanes (Caso), con una capacidad de 33,27 millones de metros cúbicos, y de Rioseco (Sobrescobio), con 3,72 millones de metros cúbicos. En la zona del Occidente, en la cuenca del río Navia se cuenta con el embalse de Arbón (Villayón) con 41 millones de metros cúbicos de capacidad. Además, se cuenta con los recursos hídricos disponibles en un sinfín de manantiales, pozos y depósitos que en la mayor parte son gestionados por los ayuntamientos para que el agua llegue a todos los rincones de Asturias.

En el ámbito de saneamiento y con el propósito de evitar el vertido directo de las aguas residuales al medio natural, mejorando la calidad de los ríos y las costas de la región, en el Principado de Asturias existen 31 grandes estaciones depuradoras de aguas residuales urbanas, cuya explotación y mantenimiento corre a cargo de la Consejería de Infraestructuras, Medio Ambiente y Cambio Climático, y más de 600 pequeñas depuradoras de carácter municipal, algunas de muy pequeña entidad. La actividad de saneamiento y depuración engloba, además, una amplia red de colectores y estaciones de bombeo de aguas residuales.

Todas estas instalaciones requieren una atención personal y profesional continua para garantizar su correcto funcionamiento. Sólo en los sistemas de abastecimiento gestionados directamente por el Principado de Asturias, trabajan más de 40 personas que atienden los servicios de abastecimiento en alta (potabilizadoras, estaciones de bombeo, estaciones de control) y alrededor de 200 personas se ocupan de la gestión y control de las depuradoras y colectores asociados a instalaciones de interés regional.

Si además contabilizamos al personal que atiende los sistemas generales (grandes depuradoras de titularidad estatal) y municipales (abastecimiento y saneamiento), en el sector del agua prestan servicio más de 1.000 personas, tanto en el sector público y privado, que se ocupan de que dispongamos de agua en nuestras viviendas y negocios y que nuestras aguas residuales sean tratadas adecuadamente antes de ser devueltas al medio natural.

Sirva este texto para valorar un recurso, el agua, tan necesario como imprescindible en nuestras vidas. Y sirva también, como reconocimiento a los profesionales del sector que trabajan para que no pare de fluir, incluso en tiempos de crisis y estados de alerta.

Cuando todos juntos hayamos acabado con el virus, y salgamos de nuevo a la calle, volveremos a caminar disfrutando del agua de nuestros ríos en los muchos paseos fluviales de la región, volveremos a pescar en unos ríos y costas de aguas limpias, disfrutaremos de las mejores aguas de baño en nuestras playas. En definitiva, volveremos a celebrar con mayúsculas el día del agua y lo haremos pensando en que gracias al trabajo de muchos y a los recursos de todos, en Asturias, al agua se la trata como merece.