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Alba Niño, sin límites en el wushu

La asturiana, que acumula 105 medallas y es cuatro veces campeona de Europa, llegó a este deporte hace dos décadas gracias a su padre, Eloy Niño, ahora también su maestro

Alba Niño, en el Europeo de Rusia.

Quizás no hayan oído hablar del wushu y quizás tampoco sepan que Asturias acaba de ganar seis medallas, dos oros y cuatro platas, en el Campeonato de España. Pues sí, el Principado demostró su valía en un deporte poco conocido y que tiene en Alba Niño y Beatriz Llada sus máximos exponentes. Y es que la primera logró dos oros en combate de taichí y en sable de taichí yang, y dos platas, en puño de taichí yang, y con su compañera en combate preparado de taichí. Estos resultados permiten a Niño clasificarse para los campeonatos de Europa y del mundo de wushu tradicional. "La verdad es que Alba tiene mucho recorrido", indica Eloy Niño, su padre y maestro, y el responsable de que Alba haya seguido su camino en el wushu.

Alba Niño suma 105 medallas y es cuatro veces campeona de Europa de combate de taichí y campeona de Europa de forma por parejas. Beatriz Llada, además de la presea ya reseñada, fue subcampeona en combate de taichí, solo superada por Alba.

El Campeonato de España sirvió para presentar al equipo español que competirá en junio en el Campeonato del Mundo de wushu tradicional en Emeishan, China, organizado por la International Wushu Federation. Alba Niño y Eloy Niño Ortega formarán parte de la delegación española que acudirá a la cita en busca de medalla. Padre e hija vivirán el Mundial de manera especial. Y es que competirán juntos en una de las modalidades, la del ejercicio por parejas. "Sí, será emotivo, es la primera vez que competimos juntos", dice Alba, que sentencia que va al Mundial "a por medalla".

La historia tiene un principio y data de hace tres décadas. "Empecé por casualidad, me apunté a un gimnasio de Ribadeo y allí conocí al maestro José Antonio Galán, que me fue introduciendo en este deporte", explica Eloy, que poco a poco fue avanzando y ganando en experiencia, como él mismo dice, "por diversión", hasta lo que es hoy, cinturón negro 5º Dan. Por cierto, para los que no lo sepan, el wushu es el conjunto de artes marciales chinas tradicionales, que engloba diferentes disciplinas.

Así arrancó la aventura Eloy, algo que siguió después su hija Alba cuando apenas tenía 5 años. "Yo daba clases y una vez me dijo que si podía entrar en una y así fue", explica Eloy. Hoy, 20 años después de esa clase, Alba está estudiando Psicología en Madrid, cursó INEF en León y está a punto de presentar el doctorado, suma más de 100 medallas y sigue entrenando con el maestro Juan Carlos Serrato en Madrid (también entrena con su padre). "Alba se inició jugando, por diversión; el wushu es un deporte muy familiar", indica Eloy. Y así lo corrobora la propia protagonista, que añade que "forma parte de mi vida, mi padre es mi maestro, no me imagino la vida sin este arte marcial", sentencia la joven deportista.

Alba se ha especializado en taichí y es cinturón negro 4.º Dan. "Si sigue, tiene mucho futuro, es muy joven todavía", indica Eloy, que subraya que para practicar este deporte "no hace falta nada especial". Eso sí, si se quiere competir la historia cambia y es necesario echarle más horas. "Es un deporte muy exigente donde hay que estar bien físicamente, mentalmente y tener buena técnica", algo que solo se consigue si se entrena.

El mayor reto de Alba pasa ahora por lograr medalla en el Mundial. Ella es consciente de que será complicado porque "el nivel es altísimo". Por eso Alba entrena a diario para dar lo mejor en la cita mundialista. Será dentro de unas semanas y será, a buen seguro, un campeonato diferente al resto.

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