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El Termómetro

Tiempos brutos

Sobre los excesos de los martes y los "domingonos"

Me contaron que, en los tiempos de la peseta, un señor llevó un xatu al mercado de ganado de la Pola y lo vendió a primera hora por 10.000 pesetas. El caso es que anduvo por los chigres celebrando el martes como se celebraba en aquellos tiempos y, con la mañana ya bien avanzada, volvió al mercado y regresó a casa con un xatu que había comprado por 15.000 pesetas. Y tuvo que aguantar una tremenda bronca de su mujer, que se llevó el cabreo del siglo al comprobar que era el mismo con el que la joya de su marido había salido de casa.

Los chigreros dicen que el mercado de los martes ya no es lo mismo desde que quitaron el de ganado, que ahora solo hay los lunes y los jueves. Aquella costumbre del paisano que iba al mercado y la mujer a la plaza ya ha pasado a la historia.

Hay quien piensa en la pérdida de la efervescencia del mercado con nostalgia, pero yo creo que al final, tal como están los tiempos, promover algo así tendría un punto de esquizofrenia parecido al que demuestran las etiquetas "Fumar mata" o las fotos de muertos en los paquetes de tabaco. Que por una parte son un negocio extraordinario (especialmente para el Estado vía impuestos) y por otra un cargo de conciencia por sus problemas para la salud.

Los "domingonos" en la Pola, por ejemplo, fueron una fuente de dinero impresionante. En los buenos tiempos, con aquellas marejadas de gente, abrías un bar y, daba igual lo que hicieras, se te llenaba de gente. Pero hubo varias generaciones de polesos que arruinaron (arruinamos) un lunes tras otro de los años de juventud.

Bueno, quizá arruinar es exagerar un poco. Al único compañero de universidad que conservo -y de cuyo nombre, como es obvio, no quiero acordarme- lo conocí un lunes que tuvo que salir de clase para vomitar. Ese día, al menos, mereció la pena.

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