Cada vez es más bello contemplar a hombres y mujeres, niños y niñas, a lomos de una bicicleta rodando por sendas y caminos. Aire en el rostro, córneas empapadas de paisajes multicolores, libertad suprema y el don de la palabra y la amistad con quienes se suman al paseo. Nada parecido ocurre con los autos. La diatriba popular contra las cuatro ruedas es total y el péndulo del tiempo, que todo lo mueve y todo los transforma, hace que las nuevas hornadas de jóvenes prefieran otro medio de transporte y de esta suerte no son proclives a obtener la licencia para conducir. Algo nuevo se está moviendo. Vueltas ciclistas profesionales a España, Asturias y los Valles Mineros, entre otras pruebas, llevan pasando, desde hace varios años, por estos valles. En esta ocasión le ha tocado el turno a las tierras que baña el río Nalón, porque en agosto Grado, Pravia y Candamo serán escenario del campeonato nacional junio y máster. Unas cuatro mil personas acudirán al evento ciclista con los consiguientes beneficios para las economías locales y, sobre todo, para seguir fomentando uno de los más bellos deportes. Bien por Manolo Prieto y su equipo. Emulando al sabio de Siracusa: Dadme una bicicleta y moveré el mundo.