El martes, día 2, fallecía en el HUCA, donde se encontraba ingresado desde el pasado viernes, Benjamín Fernández Queipo. Natural de Lieres (Siero), vecino de Nava y padre de tres hijos, Jamín, que era el nombre por el que todos lo conocíamos, tenía 70 años, y no pudo superar una cruel dolencia.
Minero de profesión, de orientación socialista desde que lo conocí, allá por los años setenta, y amigo entrañable desde entonces, Jamín era hombre de equilibrio, de concordia, de pausa y de peso. Es decir, la sensatez y la discreción hechas persona.
Consecuente con sus ideas, y respetuoso con las de los demás, militó siempre en el PSOE, lo que le llevó, a lo largo de su carrera política, a desempeñar el cargo de concejal en el ayuntamiento naveto durante dieciséis años, repartidos como sigue; ocho años en la oposición y otros ocho formando parte del equipo de gobierno municipal.
Jamín era un hombre prudente, correcto en todo momento y dialogante siempre. Sabía escuchar, y además escuchaba a todo el mundo. También sabía ser un organizador tan discreto como eficaz y competente, y de esto tiene buenas pruebas el que suscribe.
Nava ha perdido a un buen ciudadano; a un hombre que luchó y se preocupó de que su pueblo, y el concejo en general, fueran mejores.
Un hombre dotado de integridad moral y ética y, en definitiva, una buena persona y un modelo de buen socialista.
Nos queda, en este trance tan doloroso, mostrar nuestro sincero apoyo a su familia, a sus compañeros de militancia y a sus muchos amigos, que los tenía, y muy buenos por cierto, porque es justo decir que Jamín lo merecía todo.
Jamín, amigo estimado, descansa en paz.