Se nota la tensión de las urnas en el horizonte, sobre todo las que albergarán las papeletas que decidirán alcaldes o alcaldesas en el Bajo Nalón. Llaman la atención algunas campañas de acusaciones masivas, proferidas por colectivos antaño grandes defensores de determinados responsables municipales, a los que ahora machacan con acusaciones superlativas y medias verdades. Esta actitud tiene demasiados nombres, que yo aquí no diré, pero que dejo en manos de la creatividad de lectores y lectoras, y suele obedecer a aspiraciones no cumplidas o envidias inevitables.
Desde mi modesta y molesta opinión, el que pretenda hacer en dos meses lo que no hizo en cuatro años se equivoca, pero también el que pretenda salvar el mundo con una campaña electoral. Por suerte, la urna, como el algodón, no engaña.
