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Bitácora de Lugones

La capilla del cura Cueva

Un templo en La Fresneda construido para la ordenación de un sacerdote

Casualidades de la vida, hace días nos dispusimos a conocer la historia de la capilla San José, situada en el núcleo rural de La Fresneda, perteneciente a la parroquia de Viella. Y mira por dónde, su propietario resultó ser la segunda persona a la que nos dirigimos, llamado Valentín Pérez Sánchez, conocido nuestro de toda la vida. En esta visita de carácter informativo, a nuestro requerimiento nos acompaña nuestro amigo Pedro Paniagua, doctor en Historia del Arte.

El caso es que Valentín, con residencia en un chalet cerca de esta capilla (tan sólo les separa la carretera), amablemente nos facilitó toda clase de información. Esta capilla se construyó en 1906, por decisión y encargo de Manuel Sánchez Cueva, que tenía su domicilio al lado de la misma. Su intención y deseo era inaugurarla para cuando su hijo, también llamado Manuel Sánchez García, que luego fue muy conocido como el cura Cueva, se ordenara como sacerdote. Nació el 6/11/1874, se ordenó el 9/6/1900, y murió en Viella, el 9 de noviembre de 1963. En esta capilla se llegaron a celebrar bodas y bautizos, como fue el caso del actual propietario, que se casó en ella. Un templo cuya propiedad pasó a engrosar su patrimonio, cuando su madre, Oliva Sánchez Muñiz, falleció en 2005. Ya siendo de su propiedad, se llevó a cabo la obra necesaria para dejar las paredes exteriores piedra vista. En conjunto, el edificio se conserva en perfecto estado, y brilla la limpieza en su interior, lo que quiere decir que está perfectamente cuidada.

En realidad, como queda reflejado, el causante de la construcción de la capilla de San José, situada en el mismo centro del citado núcleo de La Fresneda, como le gusta invocar a Valentín, para que se distinga de la Urbanización de La Fresneda, fue gracias al que acabó siendo muy popular, o sea, el cura Cueva.

Ejerció su ministerio como párroco desde 1900 en un total de catorce localidades de Asturias, gran parte de su vida en la parroquia de Erías y las de su entorno del concejo de Lena. Y una vez jubilado, regresó a la vida familiar, pero siguió prestando servicios religiosos cuando así se lo requería don Basilio, párroco de Viella, y también en la localidad de Lugones, siendo titular de la parroquia don Jesús García.

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