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A mi aire

La meta electoral

La espera de los resultados de hoy

Llegó la hora de la verdad, la suerte está echada para hoy, queda comprobar si las previsiones de las encuestas se cumplen. Encuestas que los partidos llevan digiriendo una buena temporada y que pueden marcar determinadas tendencias, pero que en muchos casos suelen fallar más que una escopeta de feria. El caso de las últimas elecciones en el Reino Unido resulta la mar de significativo.

Suele suceder que muchas de ellas están viciadas desde su inicio, cocinadas en bastantes de los casos a gusto de quien las encarga y en buena lógica las paga. Como simple curiosidad a mí nunca me han preguntado, vayan ustedes a saber el por qué o suponen que me hice pasota total.

Poco nos queda ya para saber los resultados, que seguramente van a llegar acompañados de muchas decepciones, aunque como pasa siempre, a la hora del balance final, todos van a expresar su satisfacción por los resultados -la procesión irá por dentro- y gracias a la ingeniería numérica que tan bien manejan se van a apañar para decir que de un modo u otro ganaron.

Día de nervios va a ser el de hoy, comida de uñas incluida, incluso se apurarán opciones de animar a algún conocido que navega por las aguas de la indecisión para darle un empujoncito, pues sabido es que un pequeño puñado de votos puede resultar decisivo.

Hoy es el día de la llegada a la meta, tras un sprint en el que todos sueñan con estar bien colocados, pero como en el Giro o en el Tour existe un premio gordo y lo demás migayines. En horas saldremos de dudas. A quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga, como dicen por ahí. Sólo nos queda recordarles que después se pongan a trabajar en serio, aunque hayan conseguido una beca de cuatro años, con el aviso, sobre todo en las municipales que nos tocan mas de cerca, de que hemos tomado nota de compromisos y promesas, que muchos de ellos han hecho seguramente aquejados de incontinencia verbal o escrita por la euforia.

Los ciudadanos hace mucho tiempo que no tragan carros y carretas, salvo los que van a gusto en el machito y justifican lo injustificable. La leña ya está apilada, mejor sería no tener que utilizarla, pero? me temo que sí.

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