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Mario Antuña

Siete leguas

Mario Antuña

El verano se fue sin llegar

Los osos se asientan cerca de Oviedo, en las estribaciones del Aramo. Los lobos campan por la Cordillera y se acercan a localidades como Campo de Caso. Y los humanos asturianos continuamos bajo la nube, a veces con orpín y orbayu, otras con tormentas y trombas de agua. En ocasiones nos sorprende el sol deslumbrador. Para todos el verano ya se fue sin haber llegado. Falta nada para el primer día de agosto, primer día de invierno, decían nuestros ancestros. No sé si es cosa de las témporas, del cambio climático o de mala suerte. Los etólogos, los expertos que analizan el comportamiento de los animales, seguro que tienen controlado el cambio de las estaciones en osos y lobos. Pero, ¿quién estudia la repercusión de la falta de un verano más en los asturianos humanos? ¿Cuántos van? ¿A quién se los reclamamos? ¿Tenemos que acostumbrarnos a una estación única, plúmbea y gris? ¿Empiezan a faltarnos demasiados veranos?

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