La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Desde la Meseta

De pronto

Los acontecimientos se echan encima, quieras o no. Así, por ejemplo, una ola de aire polar se nos cayó, interrumpiendo carreteras, vías ferroviarias y hasta aeropuertos. Los optimistas playeros tuvieron que abandonar a escape su estancia bajo las sombrillas y cómodas tumbonas tanto en el norte como en levante.

Las chimeneas de muchas casas echaron humo y cómo. Miles de personas se quedaron sin electricidad, teniendo que recurrir a generadores en hospitales y residencias geriátricas. Donde siguió lloviendo en abundancia, el agua continuó penetrando en las casas, donde destruyó muebles y electrodomésticos.

Asturias, una vez más, continuó aislada por el temporal, puesto que las carreteras y vías ferroviarias quedaron taponadas por la nieve. Llegando a pedirse el auxilio de la UME para salvar desastre y aislamientos.

La ganadería hubo que resguardarla antes de que muriese de hambre y de frío. En algunas casas habían sido precavidos e hicieron acopio de madera para su chimenea. De la misma forma que las casas con calefacción más moderna, durante el verano habían guardado fuel-oil para su caldera.

Hubo quien también había hecho acopio de viandas en su despensa, como aquellos que hacen matanza y guardan en sus arcas frigoríficas carne para toda una temporada.

Y ese es hoy nuestro "de pronto", repito, que a muchos nos pilla desprevenidos. Y, entretanto, las grandes superficies ya muestran en sus estanterías los juguetes para Navidad y Reyes, cuando aún no llegaron a nuestras casas los turrones, polvorones ni mazapanes. ¡Qué cosas!, cuando aún estamos rodeados de nieve y hace un frío que pela.

Compartir el artículo

stats