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La garabata

Un valle de alma legendaria

El paso del mundo agrícola y ganadero de Mieres al industrial de fábricas y minas

El Mieres de la prosperidad, comenzó a exigir a sus trabajadores que cambiaran su hábitat tradicional.

A finales del siglo XIX y en los albores del siglo XX, Mieres ya era conocido y comenzaba a tener presencia social y económica en España. La industria comenzaba a despegar y en el año 1870, la fábrica de hierro de Mieres, junto a otras industrias como la fábrica de acero de Villallana y minas de carbón de Langreo y Mieres junto a los terrenos y propiedades de dichas fábricas y el Ferrocarril de Langreo a Gijón, son adquiridas por el empresario francés Jean Antoine Numa Guilhou.

Tres años más tarde, en 1873, el nuevo dueño incorpora a la empresa al afamado ingeniero Jerónimo Ibrán y Mula, que con un buen equipo renueva las instalaciones, crea nuevos talleres y pone gran interés en la formación técnica y profesional de los trabajadores para reconvertir el negocio en una empresa rentable. Poco después en 1874, tras una serie de avatares con las instalaciones de Fábrica de Mieres, dos hechos relevantes dan un impulso definitivo a la siderurgia mierense y no son otros que la inauguración del ferrocarril Lena-Gijón el 23 de julio de 1874 y la tercera guerra carlista (guerra civil) desarrollada en España entre 1872 y 1876. Estos hechos hacen que la siderurgia local aumente la producción de forjados y laminados.

La vida tradicional comenzaba a variar, la industria necesitaba y quería introducir otra mentalidad y forma de vida a sus trabajadores, pero los mierenses se resistían y seguían con su modo de vida cotidiana, disfrutaban de sus fiestas y tiempo libre, y eran bastante "delicados" con los distinguidos nobles que habitaban en la Villa. Había fiestas tradicionales (que algunas aún perviven), pero había una (hoy muy poco conocida) con cierta fama entre los mierenses que era la de "Santa Germana". Ésta se celebraba en una pequeña capilla del monte situada frente al palacio de Camposagrado en La Villa. En esa fiesta, los marqueses, para mostrar su complacencia, regalaban 24 corderos (12 de Pola de Lena y 12 de Mieres). Esta fiesta había nacido de una fundación creada en Mieres por María Cristina Muñoz de Borbón, Iª Marquesa de la Isabela (19 de abril de 1840-20 de diciembre de 1921), esposa de José María Bernaldo de Quirós y González Cienfuegos, VIII marqués de Camposagrado (20 de abril de 1840-24 de abril de 1911) para demostrar su magnificencia. La Reina Isabel II se alojó por primera vez en este Palacio durante su viaje por Asturias de 1858, a raíz del enlace del Marqués con María Cristina. La reina visito más veces el Palacio, no en vano, la nueva marquesa era su hermana (hijas ambas de María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, reina consorte de España por su matrimonio con el rey Fernando VII en 1829 y regente del Reino entre 1833 y 1840, durante una parte de la minoría de edad de su hija Isabel), también lo visitaron otros miembros de la Familia Real. Mieres ya era "noble" e "industrial". Durante bastante tiempo la tradición entre agricultura y trabajo minero e industrial se mantuvo. Visto desde la perspectiva de las caserías existentes, los ingresos obtenidos con el trabajo minero e industrial permitían consolidar el sueldo, facilitando y aumentando el acceso a la propiedad de las tierras sin necesidad de recurrir a la emigración, como ocurrió en la "huelgona" de marzo del 1906, por aquel entonces, emigraron muchos mierenses que casi todos con terrenos en La Vega hacían de su laboreo y productos, un modesto medio de vida.

Pero el progreso había llegado para quedarse y los empresarios comenzaron a buscar soluciones para conseguir atraer a sus minas y fábricas mano de obra. Pronto encontraron el método. Los patronos desarrollaron una política de "paternalismo industrial". Su objetivo era reclutar trabajadores a los que desarraigar de sus anteriores vínculos campesinos y/o ganaderos para fijarlos en el entorno de la mina o la fábrica. Entre las líneas básicas de actuación de esa política fueron elementos y factores importantes las viviendas de promoción empresarial, los economatos, almacenes de consumo, las escuelas y otras diversas iniciativas sociales y culturales. Se perseguía convertir al campesino y ganadero local en un proletario dependiente exclusivamente de un salario. Sin embargo, los primeros mineros mierenses mostraron una tenaz resistencia a abandonar del todo su mundo rural de origen. Fue lo que de denominó "obreros mixtos". Estos combinaban el trabajo en la mina y fábricas con las labores agrarias, manteniendo esta dualidad hasta no hace muchos años. Los motivos de esa dualidad parecen claros, los salarios eran realmente bajos de tal manera que como escribió el ingeniero Francisco Gascue, "el obrero que no tiene aquí (en la cuenca) su pequeña porción de tierra o su casita, no puede materialmente sostenerse con el jornal que gana".

Rápidamente, Mieres comenzó a crecer como villa industrial y el paso inexorable de los años dejaba lejano aquel bello y tranquilo pueblo apostado junto a una fértil vega, el tren del futuro estaba aquí y era necesario no perderlo. La potente industria minero metalúrgica no daba pausa y esto supuso la falta de más mano de obra. La llegada de trabajadores de todos los puntos del país, e incluso de Portugal, hizo que hubiera mucha demanda de viviendas sociales para acoger el gran número de trabajadores que llegaban. En los años 50, 60 y 70 del pasado siglo XX, en plena ebullición de la industria carbonera, Mieres concejo tenía 58.310 habitantes en 1950; 70.871 habitantes en 1960; y 64.552 en el año 1970. Los patronos vieron en la vivienda la principal baza de intervención al considerarla una especie de núcleo reformador al que poder vincular toda una serie de valores y creencias que mejorarían no sólo la higiene y, por consiguiente, el rendimiento laboral de los trabajadores, sino que también regeneraría sus hábitos y costumbres aportando beneficios directos a la empresa y, en última instancia, al conjunto poblacional.

De esta forma, la edificación pasó a convertirse, a partir de este momento, en un instrumento político-social que permitía la consecución de unos fines ideológicos concretos. Para ello, las empresas tuvieron que modificar aspectos hasta entonces habituales y perjudiciales. La construcción de las barriadas se hizo generalmente cerca de los lugares de trabajo, es decir, de las minas o fábricas, lo que implicó el buscado y deseado alejamiento de los obreros de sus residencias habituales, donde tenían otros recursos (pequeñas explotaciones agrícolas) que acaparaban gran parte del tiempo libre e, incluso, de trabajo del minero y que provocaban colectivos abandonos en función del calendario estacional y, a su vez, eran motivo (a su entender) de bajo rendimiento.

Durante la postguerra, los empresarios y las autoridades establecieron una tipología de viviendas características muy similares. El régimen las promovía directamente e incluso subvencionaba la construcción de las mismas. Las "colominas" enseguida pasaron a formar parte de nuestro paisaje y fueron la respuesta al crecimiento urbano desencadenado por la industria de la minería del carbón o los grandes proyectos industriales como Fábrica de Mieres (posteriormente Ensidesa). El valor patrimonial de las edificaciones era pobre y se puede definir como un conjunto de bloques seriados en ladrillo visto o simplemente con las fachadas pintadas.

Y llegando al final, una curiosidad: el nombre de las barriadas llamadas "colominas" o "colomines" (el nombre va vinculado al tipo de viviendas relacionadas con la inmigración obrera) posee dos lecturas muy populares para su sobrenombre: la más seria, por el apellido del contratista Corominas (el constructor encargado de la mayoría de esas edificaciones durante el régimen franquista); la más popular (y seguramente sacado del boca a boca de los habitantes de las barriadas mineras) y extendida entre sus residentes es "colonias de minas" que dieron el nombre de "colominas" o "colomines". Esta curiosidad, ahí lo dejo, a su criterio. El precepto de nuestro tiempo es "que nada dura para siempre".

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