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Obituario

Siempre te recordaremos, Joaquín

El fallecimiento de un miembro de la ejecutiva del PSOE de Langreo

Ya pasaron unos días y el golpe sigue doliendo tanto como en el primer minuto. La muerte de Alfredo Pérez Rubalcaba llenó después los telediarios y los periódicos con el dolor de todos los socialistas de España, pero para todos los militantes de Langreo la pena y el dolor ya habían empezado a última hora de ese lunes nefasto en que nos dejó Joaquín Llames García. Esta pena tan grande, tan inesperada, no es por el dirigente que pierde la ejecutiva de nuestra agrupación langreana, aunque también en esa función se notará muchísimo su falta, sino por el amigo alegre e inolvidable con el que ya no podré trabajar, reírme, viajar, comentar los partidos del Sporting.

Qué poco preparados estábamos para el golpe. Quién iba a pensar en asechanzas de la muerte para él. Joaqui era aún demasiado joven para pensar en actos finales. Tenía 48 años y mucha vida en sus venas. Más de la que soportó su corazón. Nadie siente más dolor que sus padres, pero sus compañeros de la Agrupación Socialista de Langreo lo queríamos también como a alguien de la familia. Era justo porque era la manera de devolver todo el esfuerzo y todo el trabajo que siempre ponía a disposición de todos sin exigir nada a cambio. Lo querían en todas partes, en realidad, porque se hacía querer. Era amable, buena persona, un luchador contra las injusticias que nunca se cansó de denunciarlas.

Cuánto recordaré siempre nuestros viajes al País Vasco. Fueron muchos. Algunos no tuvieron nada de paseo. Eran los tiempos difíciles en que a nuestros compañeros los mataban y los perseguían por socialistas y por demócratas y a veces íbamos a echar una mano en lo que nos pidieran. Él nunca se negaba a ayudar. Pero no todos mis recuerdos de esas idas y venidas por la carretera son sombríos. También tuvimos nuestras celebraciones vascas, recorridos alegres para participar en la Fiesta de la Rosa en Bilbao o en Barakaldo. Echaré de menos el buen humor de esos días felices.

Joaqui, no tenía ningún mérito tener aprecio. Te quisimos porque lo merecías todo. Te seguimos queriendo aunque ya no podamos decírtelo en persona. Y nos faltarás en cada risa, en cada lágrima y en cada celebración. Descansa en paz, compañero. Descansa, amigo.

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