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Mario Antuña

Siete leguas

Mario Antuña

Lo obvio y lo imprevisible

Afrontar lo imprevisible genera esfuerzo e inseguridad. Lo obvio, por serlo, no requiere más solución que la previsión. ¿Por qué no se revisó a tiempo el remonte del Brañillín, en la estación de Valgrande-Pajares, cuando era conocida su necesidad y estaba programada su realización? No se conoce que haya sucedido algo imprevisible, por lo que es obvia la existencia de una grave negligencia por los perjuicios que causará el retraso de la apertura de la estación tanto a los aficionados como al sector turístico. También resulta obvio que el edificio que se iba a destinar en Mieres al Museo de la Toná requiere una reforma, programada y presupuestada. Pero como es un inmueble protegido, los permisos se dilatan. ¿Hasta cuándo, hasta que no haya nada que proteger? Que no venga nadie después alegando que era imprevisible.

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