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El Telva, Jarfaiter y el aniversario que no pudo ser

El bar y sala de conciertos de La Felguera, un escenario con cuatro décadas de vida

Estoy seguro -nunca me gustaría tanto equivocarme- que la práctica totalidad del casi centenar de personas que el 21 de diciembre de 2019 acudieron a la actuación del controvertido rapero Jarfaiter en El Telva no leerán este artículo. La sala se encontraba abarrotada de jóvenes -probablemente la media no superaba los veinte años- que como ya sabemos han orillado de su menú cultural la lectura diaria de periódicos. Y aunque existe un cierto consumo de prensa online entre los mismos, sus principales canales de información son las redes sociales. La cuestión es que el rapero en un final apoteósico convirtió El Telva en una suerte de "pogo" colectivo con una intensidad como pocas veces se ha visto en este ya mítico local. Y eso ya es decir mucho.

Jarfaiter practica una amalgama musical donde el rap, el trap, la electrónica o la rumba y la actitud punk, conforman una solvente base para unas letras crudas -no exentas de polémica- provistas de un realismo social de tinte canalla y aspiración nihilista. Así lo demostró en Llangréu, donde desgranó su repertorio ardorosamente coreado por un público que desde el principio interactuó intensamente con el cantante y sus acompañantes. En el marco de una sala con la trayectoria como la del Telva no extraña la presencia de este rapero alejado del "mainstream" y de los circuitos comerciales. Esa ha sido precisamente la principal virtud de este local, dar cabida, en un sinfín de géneros musicales, a las corrientes sónicas más arriesgadas, vuelvo a repetir, sean del estilo que sean.

Para los más veteranos, ya en el siglo pasado, son emblemáticos los bolos de "Buenas Noches Rose" -el grupo de Rubén Pozo de "Pereza"-, el de unos todavía muy poco conocidos "Tokyo Sex Destruction", o la imagen, en el ya lejano 2008, de Jorge Explosión -al frente de "Doctor Explosion"- con su guitarra encaramado a la barra del Telva; en el 2009 destaca el incendiario pase de "Los Guajes" -que por cierto se prodigaron poco fuera de su Xixón natal-. En fechas más recientes, hemos podido ver al cantante de "Porco Bravo" recorrer la sala y salir por su puerta subido a una tabla de surf; así como las vibrantes actuaciones de "Cala Vento", "The Discussion", "Obús", "Winchester", H. Kanino, "Varry Brava", o el triunfal regreso de "UHP".

La lista es larga, ya que 40 años -en verdad no todos dedicados a los conciertos en directo, aunque sí un buen número de ellos- de actividad musical de calidad -enlatada o no- dan para mucho, y cada uno tiene sus momentos especiales para atesorar. No está de más recordar que en el circuito del rock duro y de los sonidos más extremos, hardcore, heavy, punk, psychobilly, progresivo?, El Telva se ha ganado su hueco. Para muestra ahí están las sucesivas celebraciones de la "Turbojugend-La Nueva Party", donde entre otros, además de los citados "Porco Bravo" han programado a bandas como "The Freetengas", "Sin City Devils", "Dopes To Ethereal", "Gruesome Stuff Relish" o "Laboratorios Menguele". Y en estilos tan minoritarios como el citado psychobilly o el rockabilly, no puedo dejar de mencionar actuaciones como los de "Rayburn Anthony & Los Hound Dogs", "Clockwork Psycho", "Graveyard Johnnys", entre otros.

Antes de la pandemia provocada por la covid-19 había propuesto a José Antonio Vega Serrano, Vega a secas para quienes lo conocemos ya hace bastante tiempo, la elaboración de manera conjunta de un artículo retrospectivo sobre El Telva coincidiendo con la celebración en la primavera de este año de su 40 aniversario. Huelga decir que no hay motivos para celebración alguna, por lo que habrá que esperar a tiempos mejores para ello. No obstante, me resisto a dejar de pasar una fecha tan señalada para los consumidores de los conciertos en directo -no sólo del Nalón- y que además sirve para reivindicar la música popular y sus géneros/estilos cómo un importante elemento de la cultura y de la economía de un espacio geográfico concreto.

Jarfaiter ejemplifica lo que en la actualidad ha pasado a ser una quimera -el disfrute pleno de la música en vivo- y que El Telva albergó en estos últimos 40 años. Todo un récord, sobre manera si pensamos que Llangréu, ha padecido, y padece, una profunda crisis económica y social, por lo que debemos poner en valor este tipo de iniciativas, francamente residuales en el Valle del Nalón; y es que a parte de los grupos e intérpretes ya citados, hemos podido disfrutar también de otros como "Los DelTonos", "Fe de Ratas", "The Limboos", "Stukas" -que llegaron a grabar un vídeo en la sala-, "Human", "La Tarrancha", "The Yuyus", "Buenaventura", "Atlas Road Crew", Javier Álvarez, John Paperback, "Métodos de Danza", "Sokram", "The Brassieres", "Green Desert Water", Jorge Salán, "Borealis", "Los Vinagres", "Los Mancos", "Arma X"?, y un larguísimo etcétera, que no ha hecho más que ir agrandado la leyenda del Telva en su ya prolongada historia.

En la cuenca del Nalón vuelven a sonar tambores de fondos europeos -asociados a los llamados proyectos verdes-. Además, ahora toca conjugar el verbo descarbonizar, ¡qué ironía después de desmantelado todo el sector minero! No quiero frivolizar ni relativizar con todo ello, pero siempre he sostenido que no hay mayor compromiso con "les cuenques" que vivir -con todo lo que acarrea de consumo, tributación, implantación de nuevas empresas?- en ellas; y para eso un buen aliciente, a parte de otros muchos por supuesto, es tener una oferta cultural de peso. Pues bien, El Telva, en lo que concierne a la música popular, siempre desde presupuestos estilísticamente plurales, y sin subvenciones, lleva 40 años haciéndolo. Que no decaiga por favor.

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