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Fondo Norte

El balón al pie, la cabeza para pensar

Lacina, que no Laciana, Traoré resucita una vieja tesis futbolística del inolvidable Tati Valdés

Las buenas costumbres son maravillosas, incluso en los días de zozobra como los que vive en la actualidad el Sporting. La costumbre de reconocer a los socios que mantienen su fidelidad al club durante medio siglo es una de las mejores ideas que haya podido tener la entidad, que, sin duda, hace vivir un día de felicidad a sus socios antes y ahora abonados que reciben el título de socios de honor. El acto celebrado ayer ha de ser anuncio de una mejoría deportiva que pasa, damas y caballeros, señores y señores diputados, por ganar el domingo al Celta del Toto Berizzo, que hoy juega partido europeo en Rusia y que llegará avanzada la madrugada de mañana a Vigo. Poco tiempo para el descanso, por mucho que el entrenador celeste tire, y tire bien, de rotaciones, imprescindibles en los tiempos que corren.

Pero el amplio mundo rojiblanco tiene, por fortuna, muchas caras. Por ejemplo, la que enseña la excelente entrevista que Ángel Cabranes hizo en este periódico a Lacina Traoré, el espigado delantero incorporado en el mercado invernal. La entrevista hace obligada la sintonía con el canal historia y recupera para el primer plano al inolvidable Tati Valdés. "Seré el más alto de la Liga, pero el balón me gusta al pie", dice el actual delantero rojiblanco. Cuando al centrocampista de Mieres se le recordaba que no brillaba en el juego de cabeza, replicaba: "La cabeza, para pensar". Y con esa frase se quedó para siempre, como se quedó con la de "Ya llegarán las lluvias", que pronunció en una fase en la que le tocó ocupar banquillo en detrimento de algún centrocampista quizá más defensivo. En efecto, llegaron las lluvias y Valdés recuperó la titularidad, que ya no perdería a lo largo de toda la temporada y en las siguientes.

Lacina, que no Laciana, Traoré desvela los impresionantes números de su familia numerosa, con veintitrés hermanos divididos entre maternos y paternos, y su confianza en la salvación de un Sporting al que se siente ligado como si llevara aquí media vida. El balón al pie y no a la cabeza, que quizá reserve también para pensar.

Y en éstas estábamos cuando el Rayo Vallecano manda a galeras a Rubén Baraja y contrata a Míchel. De primera, como algunos dicen ahora, pareció que era el Míchel de toda la vida, el del Real Madrid y de la selección, pero pronto salimos de dudas y descubrimos que se trata de otro Míchel, el exjugador rayista, ascendido desde el juvenil. Se ve que el exmadridista no tiene urgencias. Es el tercer entrenador del equipo en una temporada tormentosa.

Tormenta pudo haber en Manchester con un penalti no señalado por Mateu Lahoz a favor del City de Guardiola. Este Mateu ha inventado un nuevo reglamento, que pasea por campos españoles y europeos entre la aparente satisfacción de sus superiores. El penalti al Kun fue clamoroso, pero quedó oscurecido por la lluvia de goles, ocho, del partido y la impresionante remontada del equipo de Pep Chanel Guardiola.

Por cierto, si pregunto, ¿molesto?: ¿sabe Esuperio cuál va a ser el papel institucional de la ciudad de Gijón cara al partido España-Israel del mes que viene en El Molinón? Próxima parada, Capuchinos.

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