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La primera piedra del fortín

La victoria ante el Albacete y la calma necesaria para que el proyecto de Anquela llegue a buen puerto

Ya hacía falta. El balón echó a rodar en el Tartiere cuando el sol de agosto apretaba pero ha tenido que entrar el otoño para disfrutar de la primera victoria en el municipal de la Ería. Bienvenida, pues, por partida doble a la nueva estación y al fortín que la afición quiere que sea una temporada más el estadio ovetense. Si el Oviedo recupera la fortaleza en terreno propio y mantiene la facilidad para puntuar fuera demostrada en lo que va de campaña no pinta mal.

Con el primer triunfo en casa toca también recuperar la calma y aparcar los rumores que ya apuntaban dimisiones y cazas de brujas a la vuelta de la esquina. Igual que cuando un equipo es superado de forma clara porque el rival también juega, ante un par de resultados adversos o de decisiones más o menos discutidas o afortunadas como las que ha podido vivir el Real Oviedo en las semanas precedentes no queda otra que juntar las líneas todos: plantilla, cuerpo técnico, club, consejo y afición para remar y mejorar, cada uno en la faceta que le corresponda. En resumen, menos ruido y más nueces.

El Real Oviedo estuvo serio ante un rival como el Albacete que venía con la vitola de único imbatido del fútbol profesional, por algo sería. Los azules tuvieron el acierto de minimizar al contrario, con una presión eficaz. Por primera vez en muchas semanas en el Tartiere, el equipo local estuvo mejor colocado que el rival. Buen trabajo. No sé si contribuyó el cambio de sistema, con la recuperación de la defensa con tres centrales, pero lo cierto es que el Oviedo no pasó mayores apuros, salvo el paradón con el que Alfonso resolvió un remate del combativo y omnipresente Zozulya. Para las estadísticas quedará gol de Folch, que acababa de cumplir años. Felicidades para el catalán, que no había estado muy fino en Alcorcón. De él hay que esperar mucho más, tras la liga que se marcó en la 2017-2018. Sería muy injusto no destacar también el partidazo que despachó un jugador a veces discutido. Cristian Fernández, Bolaño; así, sí. Impecable, contundente, expeditivo, atento. No deben doler prendas por el reconocimiento a un partido como el suyo ante el Albacete, con delanteros tan experimentados enfrente como Zozulya y Ortuño. A ese nivel, sin caer en la tentación de acciones que puedan resultar más peligrosas para el Oviedo que para la integridad del contrario, Bolaño tiene sitio fijo en el once azul, lo que no quita que se le puedan, y deban, reprochar faltas de alto riesgo y difícil justificación. Destacar igualmente el partido de Javi Hernández como central zurdo, sin fallos y atento en todos los lances y el empeño de Anquela en dar minutos a Aarón pese a la incomprensión de una parte de la grada. El interés del entrenador jienense está más que justificado, quiere recuperar al futbolista determinante que brilló en bastantes partidos de la campaña pasada. O acaso nadie se acuerda del encuentro que se marcó en la remontada frente al Lugo que sirvió para abrir la mejor racha de la liga anterior. La temporada es larga y mejor contar con un Aarón enchufado que con uno en modo apagado. La plantilla es corta y todos van a tener su momento, también Javi Muñoz y Richard Boateng, ahora fuera de foco pero muy interesantes para que el equipo sea más fuerte y competitivo. Por último, celebrar el gran trabajo y los resultados del Vetusta en Segunda B pese a que jornada tras jornada se queda sin jugadores que van con el primer equipo, prioridad para toda cantera que se precie. Cuanto mayor sea la sintonía entre sus responsables mejor será para la buena marcha del negocio. Para finalizar, una pregunta: ¿si el bueno de Alfonso no llega a sacar el remate envenenado del delantero ucraniano, estaría la afición igual de satisfecha? Está claro que los resultados mandan, aquí y en el Bernabéu.

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