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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

Una copa para hidratarse

El Valencia como entretenimiento a la espera de nuevos fichajes

Después del baño de realidad sufrido ante el Zaragoza, el Sporting tiene la oportunidad hoy frente al Valencia en Copa de recuperar su nivel de autoestima y de confianza en el plan de José Alberto. La Copa no es la guerra de los rojiblancos, pero siempre viene bien un "break" para hidratar cuerpo y mente. Y más ante un equipo como el Valencia, herido por su irregular trayectoria liguera que ha reducido a mínimos históricos el crédito de Marcelino. Es la oportunidad para que aquellos que han dejado de tener protagonismo tras la llegada de JA al banquillo puedan quitarle la razón al entrenador fichado por la grada. O, por lo menos, para aprovechar el escaparate ante un equipo de Primera para lucir sus dotes en el caso de que haya alguno que quiera (o al que quieran) cambiar de destino. Ya explicó el nuevo consejero del Sporting en una entrevista en este periódico que para fichar en el mercado invernal lo primero es hacer sitio en el fondo de armario rojiblanco.

Con Copa o sin ella, con sitio o sin él, el Sporting debería aprovechar el mercado de invierno para tratar de buscar algo de gol en el zoco futbolístico. JA dice estar satisfecho con el trabajo de sus delanteros. A los recién llegados no les queda otra que ver, oír y callar, no vaya a enfadarse el capataz. El problema es que de un ariete se valoran más sus números que los kilómetros que corra o los litros de sudor y kilos de piel que deje sobre el verde. Y los del Sporting -Djurdjevic y Blackman-, dos de las incorporaciones estrella de este verano, presentan unos pobres números cuando falta muy poco para iniciar la segunda vuelta. En la etapa de Baraja la justificación para que los guarismos de los puntas fueran de película de miedo era que no les llegaban balones. Ahora, que los palos y los porteros rivales también juegan. Pero se consume la primera parte del espectáculo y las matemáticas son necias: tres goles entre los dos. Así que queda ahora por ver si Torrecilla tendrá mejor ojo si se anima a fichar en este mercado. En verano, con más tiempo, dinero y opciones, el director deportivo no anduvo fino. Ahora, con menos tiempo, menos parné y candidatos, habrá que creer en que ¡sí se puede!, que no tiene que pasar lo de casi siempre y que acabe aterrizando un paracaidista como, por no ir más allá, Traoré.

Pero eso ya está en manos de los titulados superiores, los de las notas a final de curso. A los pobres mortales les queda el entretenimiento de hoy ante el Valencia a la espera de que llegue la realidad de la Liga, que, de momento, avanza por la frontera de la mediocridad.

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