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Seguir en la pelea

El Oviedo, aunque por momentos aflore el pesimismo, tiene opciones de play-off

Mallorca resultó esquiva esta temporada. Un equipo trabajador, bastante parejo al Real Oviedo hizo mejor su trabajo y esta vez los de Anquela no tuvieron manera siquiera de acercarse a los dominios del rival. Pocas veces Reina habrá tenido un partido tan plácido frente a los azules. La explicación del juego triste del equipo de Anquela está en que no supo contrarrestar en el Mallorca la que es una de sus virtudes, empequeñecer al contrario. Y fíjense que la alineación no pintaba mal: tres mediocentros para restar y crear, Viti en el lateral como antídoto a Lago Junior y Omar Ramos acompañando a Bárcenas para tratar de asistir al punta, esta vez Toché, seguramente la mayor sorpresa del once inicial.

Pues este equipo prometedor sobre la pizarra fue incapaz de crear algo de juego y de dar motivos para creer a la afición que, sí, otra vez, no le dejó solo aunque sirviera de poco. Un gol en una de las pocas jugadas que se salieron del guión, un córner sacado de forma sorpresiva al vértice del área rompió un partido nacido para el 0-0, dadas las virtudes de carbayones y bermellones. Quizá lo peor del encuentro en tierras baleares fuera la nula capacidad de reacción del plantel de Anquela. Esta vez los cambios no aportaron revulsivo alguno porque Berjón no es que ande corto de forma, ritmo y toque sino lo siguiente y claro, sin el desequilibrio de tu jugador más diferencial todo resulta más complicado.

¿Y ahora qué? Pues no queda otra que levantarse y seguir en la pelea. El Real Oviedo tiene sus opciones, aunque por momentos aflore el pesimismo. En lo que va de 2019, y estamos en marzo, ha perdido dos partidos, en Zaragoza y Mallorca, y tiene el play-off a tres puntos aunque, ciertamente, cada vez con más pretendientes para menos puestos con premio. La Liga entra en su fase más interesante, cuando los equipos de abajo suelen puntuar tanto o más que los de arriba porque nadie quiere caer, y con motivos sobrados para ello, en el pozo de la Segunda B. Así que mucho cuidado con el Nàstic, que pese a estar en puestos de descenso acaba de ganar a un Albacete que tampoco atraviesa su mejor momento, y es un equipo acostumbrado a apretar en estas alturas de temporada para librarse del infierno. Enrique Martín ya dio algún disgusto en el nuevo Tartiere, dirigiendo a un Albacete en apuros, y en la primera vuelta los catalanes ya se llevaron la victoria en el último suspiro. Cuidado con Luis Suárez y el finlandés espigado Sadik, que se acaba de estrenar como goleador, aunque fuera de penalti. Toca levantarse, tener fe en que algunos de los jugadores más importantes del plantel ofrezcan su mejor versión y, por favor, que se note que juegan en casa, que salgan con ganas, a apretar al rival y a embotellarle en su área porque si algo molestó el día del Lugo fue ver a los azules demasiado atrás en los minutos finales, dando todas las opciones al balón parado de Juan Muñiz y a la brega de Barreiro. Toca aprender de los errores para no repetirlos y, lo más importante, volver a sumar de tres en tres.

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