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Sin remate no hay paraíso

La dificultad del Sporting para marcar y la reflexión de Babin sobre el Milan de Sacchi

El departamento de cuestionamientos varios ya está poniendo en tela de juicio el trabajo de José Alberto López. Ya sabemos que aún está en fase de rodaje por la Segunda División. Bien, pues a lo mejor (peor) alguno hasta se toma en serio un nuevo revulsivo en el banquillo: hacerse un pío-pío como Las Palmas, que ya no saben cuántos entrenadores han pasado por el banquillo eléctrico insular. Pasado el calentón, que se alivia con unos culines de sidra, regresemos al territorio de la sensatez, tan poco habitado últimamente. Al planteamiento de JAL le han salido un par de agujeros en las bandas. Primero fue Isma Cerro quien quedó de baja. Luego Aitor García, que venía para tapar esa herida en la banda izquierda. Por si falta algo, ahí tenemos a un Carmona fuera de órbita, por lesión o por bloqueo mental -una posibilidad-; el mallorquín no responde ni con sus recuperaciones, diagonales y lanzamientos habituales. Tampoco tiene opción a disputar segundas jugadas, no se crean. Incluso la célebre prima de Babin de Martinica está al tanto, por su pariente, de todos estos líos del balón. Pero como bien sabe el autor del único gol contra el Elche, "no somos el Milan de Sacchi". Con sabio diagnóstico, el central precisa: "No tenemos a Baresi, Maldini o Costacurta...". Pero sobre todo, querido Babin, Van Basten y Gullit no visten de rojo y blanco, por eso en el área no hay remate y "sin remate, sin goles, no hay paraíso", como titulaba, con otros atributos, uno de los culebrones que Silvio Berlusconi se trajo a España a su Tele 5. El presidente del equipo milanés apostó por un desconocido entrenador del Parma, un JAL, al que luego imitaron desde Maturana a Lillo, sin olvidarnos del mismo Guardiola, que para eso estuvo por Italia: para aprender a ocupar espacios y adelantar la línea de presión. Esas herramientas también las maneja José Alberto pero con otros mimbres muy diferentes, como reconoce el central de Martinica.

Dejemos crecer el talento. Nacho Méndez, ante los ilicitanos, tuvo algo más que detalles de jugador que progresa, incluso siguiendo la estela del mismo Rijkaard, otro que hizo historia con Arrigo. El de Gozón está ídem en el campo. Cofie también se va adaptando a pensar primero y soltar la pelota después, con ritmo y precisión. El Sporting de los mil fichajes no tiene gol. De responsabilidades no hablamos hoy, para eso se está elaborando un Libro Blanco/Rojo que leeremos al final de la temporada. Mientras, uno de sus autores, Manolo S. Murias, tuvo que sentarse en el banquillo B, con evidente acierto. Ahora que se frenó la caída libre del filial no sería mala idea aprovechar las célebres sinergias y aupar a la primera plantilla a Pedro Díaz. Probemos en la final de Mallorca ¿no? A lo mejor es una opción para llegar por dentro y marcar o dejar un rechace a pies de Alegría o Djurjevic. Del ardor guerrero de ambos no hay queja, pero no aciertan con la puerta -con ninguna parte del cuerpo-, que ya es mala suerte. Antes les tiraban un muil del Piles y lo remataban. Ahora están pez.

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