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Pablo González

Tebas ya tiene su Stalingrado

Cuentan que el patrón anda deprimido. Don Javier Tebas, el todopoderoso magnate del fútbol patrio, siempre podrá presumir de haber convertido un espectáculo ruinoso, que necesitaba cada cierto tiempo de un plan de rescate a costa del bolsillo de todos, en un floreciente negocio que ha hecho rico -casi como Google a sus accionistas- a una tropa cada vez más numerosa. Con la fuerza que da creerse infalible, siempre en la posesión de la verdad y con el respaldo del maná de las televisiones, Tebas ha ido avanzando y ocupando territorio cual Panzer en la "guerra relámpago" y diseñando el fútbol que él quería sin que nadie pudiera o quisiera hacerle frente. La aparición de Rubiales hizo albergar esperanzas a la resistencia contra Tebas de que el presidente de la Federación iba a ejercer de contrapoder. Rubiales ganó el pulso cuando don Javier quiso llevarse la Liga a Estados Unidos. Para Tebas sólo fue una derrota estratégica: Rubiales no tardó en caer embelesado por los petrodólares árabes y vendió a todos que era un lujo que la Supercopa se trasladara a Arabia Saudí, un país con una reconocida tradición democrática. Tras aquello era cuestión de tiempo que Tebas acabara llevándose el circo de gira por el mundo. En esas estaba cuando estalló la crisis del coronavirus. Al patrón le costó dar su brazo a torcer para paralizar la Liga, pero no le quedó otro remedio. Durante el confinamiento siguió y siguió "furando" hasta que consiguió lo que quería: la vuelta de "don balón". A cambio de 200 millones, el CSD (Gobierno Sánchez-Iglesias) y la Federación apoyaron a Tebas en lo que se bautizó como el "Pacto de Viana". Don Javier reconoció que salió de la reunión -a la que fue engañado- "incómodamente satisfecho". Una vez más, se sentía triunfador. Pero no contaba con el enemigo invisible. La crisis del covid del Dépor-Fuenlabrada se ha convertido en una carrera del "sálvase el que pueda". A Tebas le salen traidores y quintacolumnistas cada vez que se da la vuelta, y para rematar la jugada su hijo aparece como estrella invitada. Con jueces revisando lo sucedido y políticos pidiendo a gritos una Segunda con 24 equipos, nadie sabe cómo acabará esto. CSD y Federación se han borrado y es como si nunca hubieran estado en el Palacio de Viana. Don Javier apuñalado por la espalda doblemente. Por eso cuentan sus portavoces que anda deprimido y que medita dejarlo. ¿Será la Liga del covid el Stalingrado de Tebas? Puede, pero con tanto ego y parné por el medio dará órdenes de que ni un paso atrás. A ver cómo sale de esta.

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