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Soy culpable de la falta de arena en San Lorenzo

Las evidencias que rebaten las apreciaciones del Observatorio de la principal playa de Gijón

Sí. Así es. Lo dijo Germán Flor Blanco, del Observatorio de la Playa de San Lorenzo, en una entrevista concedida a LA NUEVA ESPAÑA: "cada bañista, cuando abandona la playa, se lleva entre diez y treinta gramos de arena". Me consuela saber que no soy el único responsable del saqueo de la playa, sino que hay miles más como yo que se "llevan" granitos de arena tras un día al sol o de caminata al borde del mar. Tantos años de incertidumbre, estudios, sospechas y misterios, y ahora nos enteramos de que los culpables somos los gijoneses y los visitantes. No sé cómo les sentará a los miles de turistas que veranean en la ciudad cada año. Me intriga saber si van a volver para colaborar, una vez más, y de modo inconsciente, en el deterioro de una playa que tanto nos gusta y necesitamos. Intuyo miles de sentimientos de culpa bajo la ducha doméstica.

El señor Flor no debe saber que la playa de San Lorenzo no sólo es un arenal adosado a una ciudad, es un símbolo, un referente, una postal, una propiedad popular en la que generaciones de gijoneses han disfrutado desde siempre, y que en las últimas décadas se ha convertido también en un reclamo fundamental para el veraneo asturiano por encima de la gastronomía, las fiestas o el paisaje. El señor Flor dice "que no hay una pérdida alarmante de arena". No hace falta ser un experto para ver que hace pocos años había desde la escalera 10 hacia el río Piles una plataforma triangular a poco más de un metro del nivel del muro y con una extensión que posibilitaba implantar varios cientos de casetas sin que el agua llegara a ellas ni en las pleamares más fuertes.

El Observatorio de la Playa de San Lorenzo es un foro para el análisis e información del comportamiento de la playa, fundado por el ayuntamiento gijonés en 2013. En mayo de este año la Universidad de Oviedo hizo un informe de casi 200 páginas sobre la situación del arenal firmado por Germán Flor Blanco y su padre, Germán Flor Rodríguez. Dos personas que han protagonizado una reciente polémica en la Universidad según el diario "El confidencial": "Dieciocho años lleva Germán Flor Blanco haciendo lo apropiado para conseguir una plaza en la Facultad de Geología de la Universidad de Oviedo. Su padre, Germán Flor Rodríguez, veterano profesor titular, se ha desvivido también para que sea así. Dirigió la tesina y la tesis doctoral de su hijo y después lo metió a dedo en proyectos divulgativos, de investigación y en evaluaciones de impacto ambiental pagadas con dinero público".

Desconozco el monto "con dinero público" de ese informe, pero hay una cosa clara. El informe responde a la "Voz de su amo". Parece que todo está bien en la playa, cuando todo el mundo está viendo que no es así. Si todo está dentro de lo normal, como dicen, nadie va a mover un dedo. Si todo va mal, como salta a la vista, parece que tampoco. Porque se da más credibilidad un informe de unos técnicos pagados por el Ayuntamiento que el clamor popular reclamando una playa con una franja aceptable de arena seca en las pleamares. En otros lugares ya lo consiguieron. El verano está a la vuelta de unos meses.

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