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Musicólogo

La batería, máquina de sonidos de Prats

El percusionista catalán explora la sonoridad del instrumento en su proyecto "Solot"

Un concierto de batería, la propuesta es realmente chocante sobre el papel. Este instrumento suele aparecer como fundamento rítmico en todos los estilos, y su protagonismo suele reducirse a momentos de gran intensidad sonora o a pasajes a solo que epatan al público y sirven para lucimiento del baterista. Ramón Prats se ha propuesto explorar otras posibilidades del instrumento en su proyecto "Solot"; un trabajo orgánico en constante transformación, y es que uno de sus fundamentos es la improvisación que hace que cada concierto sea diferente. Cerca de una hora ininterrumpida en la que la música se reduce a sus fundamentos más básicos: el sonido y el tiempo, ambos manejados a golpe de percusión para articular un discurso musical bien hilvanado que en pocos minutos logró enganchar a los asistentes.

El arranque del concierto dejaba claro que el tratamiento del instrumento no iba a ser convencional. El juego de mazas haciendo reverberar un platillo inundó acústicamente el salón actos del Antiguo Instituto, y Prats utilizó en varias ocasiones el pie para cadenciar, apagando el sonido al tiempo que lograba variar el color tímbrico y crear el efecto de un final de frase. A continuación, el empleo de arcos para hacer vibrar los platos emulaba a una maquinaria moviéndose con dificultad y que iba ganando fluidez e intensidad progresivamente. A más de uno este sonido le pudo dar dentera, pero inserto en esta pieza musical todo cobra otro sentido.

Otro rasgado, esta vez con baquetas metálicas generaba un barrido de frecuencias similar a las ráfagas de viento. Luego llegó el sonido de los grillos, de los pájaros? todo un paisaje sonoro de la naturaleza que parecía fluir libremente, hasta que entró el bombo para ordenar una sucesión de fraseos. Prats mantuvo el relato musical en todo momento, sin pausas y manejando muy bien las dinámicas, los pasajes aletargados y los crescendos hacia el clímax. Este músico catalán sabe cómo emplear los recursos para llamar la atención sobre un golpe de caja y hacer pasar desapercibido un intenso redoble sobre los timbales. A base de golpes y rasgueos precisos logra obtener armónicos con los que construir una melodía que se mueve por intervalos más o menos amplios o por glisandos en una superposición de texturas que configura una verdadera arquitectura sonora.

No es fácil poner en palabras la experiencia, tampoco describir los recursos empleados por Prats y la musicalidad que encierra "Solot"; sin duda, es un proyecto para vivirlo en directo, porque es ahí donde afloran todos los afectos, donde todo cobra sentido. El "solot" que sonó en Gijón el pasado miércoles ya no existe, solo pervive en la memoria de quienes tuvimos la suerte de estar allí para vivirlo, y eso es también parte de su magia. Si tienen la oportunidad, no dejen de experimentarlo.

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