La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Tormenta de ideas

Gracias, general

Los Mossos se ofenden y catalanes sediciosos quieren echar a la Guardia Civil

Sí, que sigan diciendo que los quieren echar, porque son la viva imagen de la represión española. Y ahora se enfadan porque en la fiesta de la patrona de la Guardia Civil en Barcelona, su cabeza visible en Cataluña, el general Pedro Garrido, dijo las cosas como son. Sin medias tintas, sin eufemismos, sin dorarle la píldora a nadie, que para eso ya están otros? Y claro, eso a los Mossos no les gustó. Porque fue políticamente incorrecto, y mucho más en tiempos de elecciones, hablando del separatismo y de la fractura que supone para España, lo que algunos seguimos considerando una constante provocación e ilegalidad.

Les insto a que repasen su discurso y vean si existe algo que no sea real y constitucional. Este Guardia Civil que enfadó a los mossos es el mismo que, en los años de plomo, recién ingresado en el cuerpo, un niño de 22 años, miraba a su espalda, sufría por su familia o registraba los bajos de su coche y asistía a funerales de sus compañeros. Él ya lo ha sufrido. Ha vivido el odio, la discriminación, el acoso a sus hijos? Exactamente igual que lo están sufriendo muchos de sus compañeros en Cataluña por los separatistas radicales, que no toleran a los que no piensan como ellos.

¿Que los mossos se enfadan? Ajo y agua, les hemos visto actuar, o mejor dicho, no actuar ante actuaciones violentas contra los catalanes que se consideran españoles. Hemos visto su pasividad ante muchos actos el 1 de octubre. Hemos sabido cómo su exjefe estaba de acuerdo con aquellos que querían romper España. Que seguía las órdenes del que sigue disfrutando de una vida privilegiada en Bruselas.

Los Mossos se ofenden y el Gobern se atreve a pedir no solo la destitución del general, sino que sabemos que todos ellos, los catalanes sediciosos, quieren echar a la Guardia Civil de Cataluña. Todavía recuerdo a Trapero procesado y destituido y en libertad condicional. El jefe, el que daba las órdenes.

Y ahora, enfadados y con rabietas como los niños pequeños, abandonan un acto porque no les gusta que les digan las verdades como puños. Lo que pensamos la mayoría de los españoles. Que ya está bien, que basta ya, que no hay derecho a todo lo que está sucediendo en esa parte que aún nos duele, porque también es nuestra?

Pero, ¿saben?, hay algo que me indigna aún más, mucho más. El ministro de Justicia le ha llamado la atención, no le ha gustado que el general, ese que ha expuesto su vida tantas veces, haya querido defender la Constitución y la unidad de España. No es oportuno, no debemos provocarlos. No olviden, nunca? que estamos en campaña. Qué asco.

Compartir el artículo

stats