Nació en Valladolid, era periodista, activista feminista, masona y anticlerical. Se trata de Belén de Sárraga, que en 1899, cuando tenía solamente 25 años, estuvo en Gijón para intervenir en un mitin político en el teatro Jovellanos, entonces ubicado en la calle de Jovellanos. Unos años más tarde colaboró con la revolución mexicana y a España regresó en 1931, cuando se proclamó la Segunda República. Entonces, fundó la Asociación de Mujeres Librepensadoras. Finalmente, murió exilada en México en 1950.

En Gijón habló de un feminismo laico y republicano, y eso hace 121 años. Las crónicas hablan de que el Jovellanos se llenó y que entre el público había algunas mujeres para escuchar a Belén de Sárraga mientras ella clamaba contra la Iglesia católica y en contra de la Monarquía. En el acto, el lunes 11 de septiembre de 1899 a las nueve de la noche, intervinieron primero cinco obreros gijoneses y luego lo hizo la invitada principal. "La Iglesia católica hace escoger al obrero entre el pan y la miseria. Y mientras el hombre está en el Círculo defendiendo ideas democráticas, la mujer está yendo al confesionario. La Iglesia es el principal enemigo de la democracia", aseveró.

Terminó: "La Iglesia supo crear mujeres beatas y rezadoras, no mujeres ciudadanas, y la mujer que se entrega al confesor es un arma poderosa que se da al enemigo. Muchas mujeres adoráis a los santos, pero sólo la imagen, no recordáis sus hechos y sus virtudes. El librepensamiento defiende la libertad de conciencia, defiende que cada una arregle sus actos de espíritu a su criterio".

El diario "El Noroeste" mantuvo durante unos días una suscripción pública "a favor de los gastos del viaje de propaganda a Asturias de doña Belén de Sárraga". Doscientas pesetas se recaudaron, y la activista se alojó esa noche (con su marido, Emilio Ferrero, que la acompañaba en el viaje) en el hotel La Marina, que estaba en la plaza del Marqués esquina con El Muelle.