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IBI de ida y vuelta

Los cambios de posición del PSOE sobre política tributaria

En 2017, la concejala Marina Pineda, presentaba, y posteriormente retiraba, una propuesta del grupo socialista para implantar en nuestra ciudad el denominado IBI diferenciado. Lo hizo tras haberse percatado de que los mayores perjudicados iban a ser pequeños empresarios y comerciantes, además de algunas administraciones públicas, y que ese, evidentemente, no era el objetivo que perseguían.

Dos años después, la implantación de este IBI diferenciado pasaba a formar parte del acuerdo de gobierno alcanzado entre el Partido Socialista e Izquierda Unida. Y su implantación se materializaba con la aprobación de las ordenanzas fiscales para 2020 gracias al acuerdo alcanzado con Podemos.

Curiosamente, en el programa con el que el Partido Socialista concurrió a las elecciones del año pasado no había ni rastro de esta medida. Es más, en el mismo se hablaba de mantener una presión fiscal moderada. Sin embargo, no parece que la moderación sea un característica de este Gobierno o, al menos, que entienda por moderación lo que pensamos la mayoría de los gijoneses, y es que implantar este impuesto suponía subirle de golpe a una empresa el recibo del IBI en un 75%.

Y es que por más que nos hayan tratado de engañar y confundir, el IBI diferenciado no graba a las grandes fortunas, no graba a los ricos, sino que graba aquellos inmuebles que superen un determinado valor y tengan uso hotelero, hostelero, comercial o de oficinas. No afecta a los grandes patrimonios sino a la actividad económica, y no escapan del mismo motores de nuestra economía como algunas empresas del Parque Científico Tecnológico o el recinto ferial "Luis Adaro".

Con la llegada de la pandemia y sus consecuencias económicas, el gobierno reconoce su error y decide no aplicarlo este año consciente del grave perjuicio que podría causar en términos de destrucción de empleo, y es que no están los tiempos para poner más trabas a la actividad empresarial.

Ahora, es el turno de la rectificación, ¿definitiva?, y en el proyecto de ordenanzas fiscales para 2021 se suprime cualquier referencia a este IBI diferenciado. Sin embargo, no pueden por si mismos enmendar este error y necesitan el rescate de algún grupo de la oposición. Toda una vez que sus socios "preferentes" insisten en mantenerlos sin importarles sus consecuencias.

Desde Ciudadanos, a pesar de sus continuos desplantes, les volvemos a tender una vez más la mano para la negociación y el acuerdo. Suprimir definitivamente este impuesto ideológico es bueno para Gijón, es necesario para nuestras empresas y contribuirá a mantener puestos de trabajo. Los vaivenes permanentes en este "IBI de ida y vuelta" son una muestra más de como un gobierno que se rige principalmente por prejuicios ideológicos acaba errado y desorientado. Por eso, debería rectificar, orientarse y centrarse.

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