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Subir a Mallecina

Ni una señal indica por dónde se llega al yacimiento arqueológico de La Cobertoria, pese a la promoción de Salas y de la Fundación Valdés-Salas

Si no hubiesen fulminado aquellos buenos equipos de camineros que tenía la extinta Diputación Provincial, seguro que alguno de sus operarios habría construido en su propia casa, sobre un costero de roble o castaño, una señal, aunque fuesen rudimentaria, y la instalaría a la salida de Salas, en la carretera que conduce desde esta villa hasta Pravia por Mallecina y el Valle de Arango. Y puede que incluso fabricase otro tablero informativo para el Puente de La Tienda, que es el límite de los concejos praviano y salense. Aquellos camineros cuidaban al detalle todo lo que concerniese al tramo de carretera que Maximino, el capataz, les había adjudicado.

Pero las brigadas de camineros de López Muñiz, presidente ejemplar que fue de aquella Diputación a la que íbamos desde cualquier pueblo a pedir ayuda y nunca marchábamos de vacío, pasaron a mejor vida. El servicio de camineros que limpiaba cunetas y arreglaba baches en nuestras carreteras comarcales pasó a llamarse, con la mecanización, de otra manera, pero actualmente sus representantes sindicales han dado la voz de alarma de que cuentan con palas, niveladoras y demás medios mecánicos que son una antigualla y que no pasan, ni en día muy nublado, la correspondiente inspección técnica obligatoria.

Ya los camineros del siglo pasado sabían que en la Campa San Juan, concretamente en el monte de La Cobertoria, hay un yacimiento arqueológico de gran valor que ha sido visitado, en los últimos veranos, por una riada de turistas. Ante la promoción hecha por el Ayuntamiento de Salas y por la Fundación Valdés-Salas, llegaron a Mallecina y por la carretera local que lleva a Las Gallinas y Ardesaldo -también se puede seguir hacia Lavio- pudieron escuchar, en vivo y en directo, las eruditas explicaciones de los arqueólogos sobre lo mucho y bueno que históricamente hay en esta zona alta de Mallecina.

Desde Salas y Pravia, por la carretera que comunica a estas dos capitales de concejo, que es de titularidad del Principado, el viajero no encuentra ni una sola señal que informe de por dónde se sube a La Cobertoria y qué es lo que se va a encontrar en ese paradisíaco lugar, camino ya del Pico de Aguión, una joya paisajística a la que también merece la pena subir si el viajero se topa con un día despejado. No hace falta eliminar chiringuitos autonómicos para con el dinero que se ahorra poder instalar unos paneles informativos en esta carretera. En el mismo taller del servicio de obras del Principado seguro que hay un "ferreru" que construye, si se lo mandan, unas señales muy funcionales, que es de lo que se trata. Y si no, que se las encarguen a Severino, el maestro artesano de Vegacebrón, que fue quien hizo, gratis total porque él es así, las que colocó por las siete brañas de Malleza. Severino no fue caminero, pero también ama a su tierra y aporta buenas obras a la comunidad. Gran artesano de la madera, el hierro y la piedra, pero si cabe aun mejor persona. ¡Quedan tan pocos...!

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