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Su señoría la fala

La necesidad de que desaparezca la desafección por una parte crucial de la cultura

También en lo que se refiere a las hablas de Asturias, qué pena, la comarca eonaviega lleva muchos años de desventaja. Y es que, mientras se reivindica la oficialidad de la llingua, claro, no se deja oír la voz de los hablantes del gallego-asturiano, esqueicido y olvidado por las nuevas generaciones que, en número escaso y, lo que es peor, decreciente, habitan en este solar del Occidente de Asturias.

Siempre he defendido que si la fala fuese patrimonio de alguna de las tres cuencas mineras de Asturias (no siendo estas las formas que yo aliento) ya hubiese sido reivindicada desde las barricadas y los neumáticos ardiendo. Pero no, la fala se asienta en la comarca históricamente más indolente de Asturias. Nada cambiará mientras no desaparezca esta desafección hacia una parte tan crucial de nuestra propia cultura, como es la forma de hablar y sentir, de cantar y de escribir.

Hace cuarenta años que, en un ejercicio de descaro de mi parte (yo era veinteañero), le rogué al entonces alcalde tapiego y a la vez diputado en el Parlamento Asturiano, el bueno de Francisco Quintana, que se atreviera a subir al estrado falando. Nunca lo hizo. Dos décadas después, se lo pedí (con más confianza, en tanto que amigos desde la niñez), a Alfonso Román, también tapiego y diputado por Occidente, primero del CDS y después del Partido Popular. Tampoco lo hizo.

Pero hubo más ocasiones perdidas. Y es que, hasta donde recuerdo, ningún otro de los numerosos diputados autonómicos eonaviegos durante estos cuarenta años ha tenido la más mínima consideración hacia la fala, ninguno. La ex alcaldesa vegadense Servanda García (ex diputada socialista y ex consejera de Agricultura) perdió durante varias legislaturas el lujo de defender lo que parece, al menos, no haber apreciado mucho, la fala. Durante estos cuarenta años de democracia, no sabemos de ningún bando municipal, cartelería ni porfolio e fiestas en toda la comarca que se haya editado en fala. Al tiempo, los artículos de prensa de parte de los especialistas en fala tampoco se prodigan, son prácticamente inexistentes. Todo ello no hace más que contribuir a su descrédito, a su desaparición y a que los de las barricadas nos pasen por encima.

Mientras tanto, el que ejercía de director de la Agencia de Cooperación al Desarrollo del Gobierno de Asturias, Rafael Palacios (Izquierda Unida, actualmente diputado de Podemos), más viajero que Marco Polo, eso sí, a costa del erario parlamentario, subía y continúa en el estrado hablando a su manera y dando ruedas de prensa de igual modo. No hubo ni hay voces en contra, nadie reivindica traducción simultánea.

Y ahora resulta que, con la marea enardecida en pro de la llingua, cuando el propio presidente Barbón la corteja, resulta que un diputado castropolense, Álvaro Queipo, tiene a bien utilizar la fala en el Parlamento Asturiano. Las voces (nunca mejor dicho) se alzaron de pronto solicitando un traductor, y muy rápido, este joven político que fue campeón de remo para honra de la bandera de Castropol tuvo que recoger velas.

Todo ello no hace sino olvidar los problemas más urgentes de Asturias, con un tercio de población envejecida y otro tercio sacando el pasaporte, o ya por el mundo, muy lejos de la región en la que a buen seguro le hubiese gustado crecer profesionalmente, contribuyendo así a hacerla más grande. No vale ya, en definitiva, la vieja excusa de que: " ? condo eu falaba axina en Oviedo, chamábanme paleto...". No vale. La puesta en valor de nuestras señas de identidad cultural como eonaviegos tiene que ir mucho más allá (que no es poco) del joyero de obras literarias salidas de la genialidad de Manolo Galano, de la poesía de Xosé Miguel Suárez, de María José Fraga o del precioso cancionero de Mestura. Estamos a tiempo.

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