Dios, patria, rey, Constitución, rosas, gaviotas, osos, fútbol, dinero? Hay que agruparse en torno a una creencia reconfortante y esperanzadora que concite el mayor número de socios, sin importar su procedencia. Unos urden el mito y se sitúan en la jerarquía, que son los caudillos y sus ministros, otros son los creyentes entusiastas, plebeyos protegidos a un precio razonable que suele llamarse lealtad e impuestos, y quedan los críticos y los escépticos, que van por libre y no votan. En esta leyenda, útil para la vida en sociedad, dictadores reaccionarios, aviesos y tercos, crean historietas de casta y caspa, la cara B de Plus Ultra, y ante las debilidades de una España rota, perezosa y mal contada, pretenden segregarse y arrastrar a los residentes (ahora hablo de Torra y camorra, pero hay más traficantes) ofreciendo menos de lo mismo, con pa amb tomaca y una estrella miserable que alumbra menos que media luna.
La mar de Oviedo