La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un veterano emprendedor

Llevaba muchos años mi amigo Pepe Richard en dique seco, inmovilizado por una cruel enfermedad. Aquel adolescente dinámico y voceras a quien gustaba gastar bromas, compañero de juegos y excursiones había dejado de ser el que había sido: inquieto y hablador, brusco en ocasiones, con un crudo sentido del humor. Postrado desde hace muchos años en una silla de ruedas, sin poder hablar pero en cambio enterado de cuanto había a su alrededor, sufrió con paciencia sus limitaciones.

Vienen a la memoria los buenos días perdidos, los baños en los ríos de Colloto y San Claudio, de jornadas de ping pong y ajedrez, de círculos de estudios en la vieja y boyante Acción Católica de San Juan el Real, de ejercicios en el palacio de Contrueces, de excursiones a la playa. Todo ha quedado ya archivado en el recuerdo de la juventud.

Richard había querido ser militar como su padre, muerto prematuramente, pero las circunstancias no lo facilitaron. Creo que empezó con representaciones relacionadas con la carrera de Medicina. Fundó después la Librería Universal en la esquina de la calle Gil de Jaz con Marqués de Pidal, con la que tuvo éxito sobre todo con libros de la especialidad.

Fundó también la Editorial Richard Grandío y fue mérito suyo la creación del Premio de Novela Ciudad de Oviedo y el Premio Aramo, que dieron a conocer firmas y obras de mérito durante varios años: Martín Vigil, Ferrer Vidal, Mamfredi Cano, Mauro Muñiz, Oscar Muñiz, Antonio Fraguas, Manuel Lueiro, Vázquez Prada, Velázquez Riera y muchos más. Un galardón literario que fue después lamentablemente desaparecido.

Su especialización en libros de Medicina quizá tuvo que ver con su activa participación en la iniciativa de hace aproximadamente medio siglo para fundar el Centro Médico de Asturias. En esa tarea, andando el tiempo, le llegó la enfermedad.

Descanse en paz el amigo de siempre cuyo buen recuerdo permanecerá en nosotros sus viejos amigos. Y acepte su familia mi sincero pesar y mi oración.

Compartir el artículo

stats