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El Otero

A bailar la giraldilla

Una danza que causaba furor en el Oviedo de otra época

Quiso el azar que me encontrara en poco más de una semana y en textos diferentes el término "giraldilla". Hace referencia a un tipo de baile popular y fue suficiente para encender de nuevo la mecha de la curiosidad. La semana pasada, cuando viajamos al Bombé de inicio del siglo XX, leíamos: "La gente al son del tamboril y de la gaita pónese a bailar giraldillas y a entonar cantares del país". En el libro de Ramón Prieto y José María López Dóriga, "Siluetas Ovetenses", consultado para el texto del Bombé, hay un capítulo dedicado a esta danza y su relación con Oviedo. Curiosidad saciada. Si gustan, lo comparto con ustedes.

Aventuran los autores sobre el lejano origen de este baile remontándose "a los godos que, tras larga lucha en las montañas de Asturias, bailaron la giraldilla en señal de victoria ganada a los invasores". Largo lo fían. Viniendo ya a límites más cercanos afirman: "Tales investigaciones no debieron de preocupar gran cosa a los ovetenses cuando ninguno, que sepamos, se dedicó a practicarlas, siendo muchos, en cambio, los que con delirio se entregaron a los placeres de tan animado baile. Díganlo si no los que en las postrimerías de la vida, aun recuerdan con fruición aquellos buenos tiempos en que la giraldilla se bailaba a la caída de la tarde en el Campo de San Francisco por gentes de todas clases. Muy pocos habrán olvidado aquellas concurridas romerías de San Juan, San Pedrín de Ventanielles, el Monticu y otras en las que tras frugal merienda o por lo menos tras de unos dulces y un vaso de sangría hecha por mano inteligente, se lanzaban con todas las ilusiones de la juventud a bailar el dicho baile, con las modistillas y mozas de calle que por aquel entonces eran la envidia de más de cuatro damas encopetadas por su buen palmito (..) Tal era la afición que a la giraldilla había que, en los intermedios hechos por la música amenizadora de los paseos de Porlier, se bailaba con inusitado entusiasmo por numerosos pollos y pollas, que hoy son respetables papás, mamás jamonas y ciudadanos de algún viso". Conste que lo que aquí se dice y cómo se dice es responsabilidad única de los autores. Año 1889, por situarnos en el contexto histórico preciso. Por supuesto, también se lamentaban de que esto ya no es lo que mismo ¿Por qué, con frecuencia, parece que cualquier tiempo pasado fue mejor? Así pues, continuaban Prieto y Dóriga: "Actualmente la giraldilla se baila en algunos barrios como el Campo de los Patos, las Dueñas y otros, aprovechando las noches de los días festivos, si el tiempo no lo impide; pero, se ha maleado tanto, que ni los virusos -como llaman las artesanas a los señoritos- pueden tomar parte en ella, ni los mozos de otros barrios pueden permitirse este placer, porque su atrevimiento sería la causa para que el baile termine como el rosario de la Aurora, si es que antes por todos, menos por la policía, no dio al traste con el rato de esparcimiento, difundiendo el terror entre niñas sensibles y jóvenes prudentes, pues estos milagros y otros mayores hace el alcohol ayudado por los hierros de Albacete, en esta culta ciudad, modelo en otros tiempos de sensatez y cordura".

En fin, haya paz ante todo, y si en el próximo verano asisten a alguna fiesta de "prau" por el concejo, anímense hombre, y bailen alguna giraldilla a la memoria de aquellos ovetenses danzarines. Pasado y presente al son de la danza y de alguna copla cantada. ¿Quieren una de la época?: "Si caigo o no caigo / niña a tus pies / y si me levanto / vuelvo a caer / Si me caso contigo / todo lo logré / Si me caso contigo / te busco en Porlier / te busco en Porlier".

Que ustedes lo bailen y canten bien.

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