El día 12 de este mes, abril, tuve que ingresar por Urgencias debido a una caída en mi domicilio que, afortunadamente, no tuvo mayores consecuencias.

Entrada a las 11.55 horas y salida a las 16.31. Casi cuatro horas. Diré que tengo una prótesis en la rodilla derecha y, por causas desconocidas, se ha movido, por lo que en traumatología deciden que hay que sustituirla.

El día 21 de junio de 2018 (hace casi un año) me derivan del Hospital Monte Naranco al HUCA para realizar dicha sustitución. Hoy estoy esperando esa orden de ingreso para la intervención. A todo esto, con dolores constantes en la rodilla, fuerte derrame y muy reducida movilidad. Pero lógicamente esto usted, señor consejero de Sanidad, no puede verlo porque se lo impiden los cristales tintados de su flamante coche con chófer.

El día 8 de noviembre de 2018, y después de días y días de sesudas deliberaciones, entra en vigor el decreto 59/2018 "sobre garantías de tiempo máximo de acceso a las prestaciones sanitarias del Servicio de Salud del Principado". A día de hoy el incumplimiento es prácticamente total; pero, claro, eso usted no puede verlo porque se lo impiden los cristales tintados de su flamante coche con chófer.

El día 12, mencionado al principio, pude observar cómo a partir de las 13 horas aumentaba considerablemente el número de pacientes en urgencias del HUCA, servicio de traumatología, y cómo todo el personal, médicos, enfermeras, auxiliares, etcétera, nos atendía como mejor podía y sin perder en ningún momento su amabilidad. Esto es muy de agradecer por parte de los pacientes, pues en ningún momento perdían su compostura a pesar del estrés que estarían soportando. Pero, claro, esto usted no puede verlo porque se lo impiden los cristales tintados de su flamante coche con chófer.

Mire, señor consejero, resulta absolutamente inmoral que nos digan que no hay dinero para la Sanidad, y para otras muchas prioridades, cuando los pacientes leemos lo siguiente en el periódico LA NUEVA ESPAÑA del 5 de enero: "Los altos cargos del Principado estrenan sus primeros coches híbridos". Son catorce coches (540.631 euros, según el periódico) con cristales tintados para no ver lo que los pacientes tenemos que sufrir debido a la falta de personal por los recortes. ¿De verdad cree usted que un consejero autonómico necesita un coche oficial con chófer?

Por cierto, desde aquí quiero agradecer al doctor Piscoya Díaz y a la doctora Carro González, así como a todo el personal que me atendió, su amabilidad y comprensión en el tiempo que duró mi estancia en Urgencias.

Por último, decir que en esta comunidad estamos hartos de ver cómo se ha despilfarrado el dinero en los distintos ámbitos de la autonomía, tanto municipal como autonómico. Pero sobre todo, señor consejero, ¿cree usted ético gastar varios cientos de miles de euros, más los gastos que conllevan de chóferes, mantenimiento, etcétera, en coches oficiales? Esto, señor consejero, para los pacientes o contribuyentes de a pie es una vergüenza.