La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Álvaro Faes

Ovetensismo, rigor y altura de miras

Para hacerse una idea, el espacio que el viejo hospital ocupaba en el Cristo triplica la superficie del Campo San Francisco. Y eso, 224.000 metros cuadrados en pleno casco urbano, es uno de los dos agujeros negros, los boquetes de la vergüenza (el otro es La Vega con 120.000 m2), que Oviedo muestra en su piel con la consciencia de que algo va mal ahí, pero con un poso de indiferencia preocupante en los últimos tiempos.

El laissez-faire no tiene cabida aquí. Con cuatro estamentos públicos implicados (Principado, Ayuntamiento, Tesorería de la Seguridad Social y Ministerio del Interior) la puesta en común es innegociable. La segunda vida para el Cristo llega por el efecto dominó de la necesidad de agrupar las sedes judiciales diseminadas por la ciudad por una mera cuestión de supervivencia. Hacerlo en torno al Palacio de Justicia de Llamaquique parece convencer ahora a quienes deben decidirlo. El rompecabezas encaja desplazando hacia el Cristo las facultades de Ciencias y las de la rama educativa.

Y ahí es cuando sale del cajón, después de tres años, el proyecto ganador del concurso de ideas para el solar del viejo hospital. Es la gran oportunidad de Oviedo para construir una ciudad dentro de sí misma y evitar la caída al pozo de la tristeza de un barrio que ya ha olvidado cuando ellos fueron los mejores y tenían de todo y decenas de tiendas y de bares y de pisos de alquiler y batas blancas por su calles.

No merece la pena pensar en cuándo estará hecho, porque el plan es ambicioso, construir todo un barrio en clave del siglo XXII. Y tampoco lleva a ningún sitio lamentar que ya hace catorce años que todo esto pudo pergeñarse, cuando el Principado se aseguró mediante permuta el control de los terrenos; o que ya ha pasado un lustro desde que el hospital se fue con toda su prosperidad al otro lado de la ciudad. Lo que en realidad cabe es situar la lupa sobre las administraciones, pedirles altura de miras, rigor y ovetensismo, mucho ovetensismo para que escriban las primeras líneas de un Oviedo que ha de ser mejor para todos.

Compartir el artículo

stats