Neurociencias

La desigualdad de género perjudica al cerebro de la mujer

Un estudio constata que el entorno macrosocial afecta a la biología del cerebro femenino

La igualdad de género es necesario para el desarrollo cerebral.

La igualdad de género es necesario para el desarrollo cerebral. / Elyssa Fahndrich en Unsplash.

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La desigualdad de género afecta al cerebro de la mujer: el grosor de la corteza del hemisferio derecho se reduce en las áreas relacionadas la toma de decisiones y con el reconocimiento facial. Esos rasgos no aparecen en los países donde la igualdad de género es reconocida.

Un equipo científico internacional ha descubierto que, en países con un alto nivel de desigualdad de género, las mujeres tienen una corteza más delgada en algunas partes del cerebro que los hombres.

Eso significa que la desigualdad de género se asocia con peor salud mental y rendimiento académico en las mujeres, escriben los autores de esta investigación en un artículo publicado en PNAS.

Esta investigación ha establecido también que donde las mujeres y los hombres son relativamente iguales, no existe tal fenómeno, o incluso se observa una relación inversa.

Diferencias cerebrales

La desigualdad de género varía entre países y se puede cuantificar a través de un conjunto de parámetros relacionados con la atención médica, la participación política, el acceso a la educación y el mercado laboral.

Evaluaciones integrales como estas han ayudado en el pasado a identificar el vínculo entre la discriminación contra las mujeres y los resultados académicos y los resultados de salud mental más deficientes.

Dado que el cerebro se desarrolla bajo la influencia del cuidado, la educación y el entorno social, las condiciones más duras para las mujeres pueden conducir a diferencias entre sexos más pronunciadas en la estructura cerebral que las causadas por factores genéticos y endocrinos. Esto, a su vez, puede contribuir a la prevalencia y gravedad de las enfermedades mentales.

Nueva investigación

Para comprender la validez de tales suposiciones, investigadores de 18 países utilizaron 7.876 imágenes de resonancia magnética de adultos sanos (4.078 mujeres y 3.798 hombres) de 139 colecciones realizadas en 29 países.

La mediana de edad promedio de los participantes en las muestras fue de 24,19 años (rango 18,83 a 31,69 años). El 35,26 por ciento de ellos vivía en países de ingresos bajos y medianos según la clasificación del Banco Mundial.

A partir de estas imágenes, proporcionadas por los autores del trabajo o extraídas de fuentes abiertas, se obtuvo el grosor de la corteza hemisférica de 68 áreas separadas del cerebro, así como el volumen del hipocampo, es decir, los parámetros que se utilizan con mayor frecuencia en el estudio de la influencia de los factores ambientales.

Asociación significativa

Estos datos se sometieron a un metaanálisis de efectos aleatorios, incluida una meta-regresión en la que la disparidad de género a nivel de país sirvió como argumento causal (variable causal) para las diferencias estructurales encontradas. Para evaluar este parámetro se utilizaron el Índice Global de Brecha de Género (GGI) del Foro Económico Mundial y el Índice de Desigualdad de Género (GII) de las Naciones Unidas.

El análisis reveló una asociación significativa entre el nivel de desigualdad de género en el país y el grosor promedio de la corteza del hemisferio derecho, pero no del izquierdo.

Con una desigualdad significativa en las mujeres, la corteza resultó ser más delgada que en los hombres, y con un aumento en la igualdad de género, tales diferencias no se observaron.

Esta correlación se mantuvo cuando se ajustó por el logaritmo del Producto Interno Bruto por persona del país, lo que significa que esa desigualdad cerebral no depende del nivel general de ingresos.

Áreas cerebrales afectadas

El estudio de áreas cerebrales individuales mostró además una relación similar de discriminación hacia las mujeres con una corteza cerebral más delgada para tres de ellas: la parte caudal de la corteza cingulada anterior derecha (involucrada en el establecimiento de metas y la toma de decisiones operativas); la circunvolución orbitofrontal derecha (involucrada en la toma de decisiones) y la corteza occipital lateral izquierda (involucrada en el reconocimiento facial).

Con la introducción de una corrección por el componente económico, se mantuvo una correlación significativa solo para la parte caudal de la corteza cingulada anterior derecha. No se encontró relación significativa de la desigualdad de género con la superficie de los departamentos y hemisferios, el volumen del hipocampo y el volumen intracraneal total.

Peligro potencial

Los resultados obtenidos apuntan al peligro potencial del entorno macrosocial para la biología del cerebro femenino.

Se necesita más investigación sobre los mecanismos de este fenómeno, los factores moderadores y su papel en las diferentes etapas de desarrollo, para crear una oportunidad para la formación de políticas sociales de género teniendo en cuenta los datos neurobiológicos, escriben los autores.

En 2018, investigadores europeos demostraron que en países donde existe desigualdad de género, el pensamiento espacial en las mujeres es significativamente peor que en los hombres. Este indicador también fue influenciado por el nivel de ingresos.

Dos años antes, científicos estadounidenses y canadienses informaron que el único factor que afecta significativamente la igualdad de género son las infecciones: los cambios en la incidencia de estas preceden a los cambios en la igualdad de género.

Referencia

Country-level gender inequality is associated with structural differences in the brains of women and men. André Zugman et al. PNAS, May 8, 2023; 120 (20) e2218782120. DOI:https://doi.org/10.1073/pnas.2218782120