El fenómeno fan por los Backstreet Boys sigue vivo. Y es que el grupo estadounidense ha demostrado este martes, 4 de octubre, en un WiZink Center de Madrid con unas 15.700 personas que las 'boy bands' pueden ser para siempre, o al menos seguir seduciendo incluso al haber pasado tres décadas.

En la segunda mitad de los 90 y hasta principios de los 2000, Backstreet Boys eran el sueño de cualquier adolescente, entre ellas muchas de las que hoy, con más años, han llenado el antiguo Palacio de los Deportes para arropar a sus ídolos que acaban de aterrizar con su gira DNA en Europa. Y es que, a punto de celebrar su 30 cumpleaños en 2023, la banda sigue pisando fuerte: llenando estadios, con tour mundial en marcha y un nuevo álbum navideño preparado --que se publica el 14 de octubre--.

Tras horas de cola desde la mañana de este martes para situarse en las primeras filas, las fans, la mayoría mujeres, aunque también hay hombres, esperan con ansia que A. J. McLean, Howie Dorough, Brian Littrell, Nick Carter y Kevin Richardson, todos nacidos en los 70, asalten el escenario, como tantas veces soñaron ver en su adolescencia.

Con diferencias, pues los años no pasan en vano, los cinco protagonistas toman por fin las tablas sobre las 21.00 horas, bastante puntuales, a ritmo de 'Everyone'. Van vestidos de negro y, con sus coreografías demuestran que aún pueden seducir. Quizá no haría falta que se esfuercen demasiado, pues el público parece extasiado con su simple presencia.

Después suenan 'I wanna be with you' y 'Don't want you back', entre otras, con la 'boy band' en formación, como se mantienen en la mayor parte de un concierto en el que también se dejan llevar por momentos, especialmente a base de picardía. Saben que gustan, y les encanta, especialmente a Brian Littrell que, precisamente, toma la palabra.

"Buenos días", dice en un intento de hablar español, para preguntar a los asistentes si es el primer concierto de la 'boy band' al que asisten. El griterío es ensordecedor. Él sonríe en la punta de la pasarela mientras observa carteles con su nombre u otros en los que se lee 'We love Backstreet Boys'.

Así, introduce 'Nobody Else', en la que los cinco integrantes de la banda, un conjunto comercial que compartió época y guerra de fans con NSYNC, se esfuerzan por cautivar, flechar, hipnotizar con bailes sexys. El público enloquece. Lo consiguen.

Siguen con su característico pop, con 'New Love', para dar paso a 'Get Down' que ya solo en sus primeras notas levanta un griterío que parece mayor incluso que los que despertó el fenómeno Harry Styles en su paso en julio por la capital. Y no solo esa euforia comparte el británico con los estadounidenses, pues él también formó parte de una 'boy band' de éxito mundial, One Direction. Pero aquella murió y Backstreet Boys celebra su longevidad.

Una de las asistentes VIP al concierto fue Paula Echevarría, que volvió a hacer gala de su gusto por la moda con un vestido de Hous Of CB y unas botas de estilo paramilitar de Stradivarius que han triunfado.