«Si ahora mismo tuviera que saltar otra vez en parapente desde aquí arriba me lo pensaría dos veces. Seguro que no volaba. Hoy el plan del parque de los Picos no lo permite, pero mi estado físico, tampoco». Quien así habla es, desde la misma cumbre del Naranjo de Bulnes, Pepe Blanco, deportista avilesino que protagonizó el primer vuelo en parapente desde el Picu. A consecuencia de un accidente, hoy tiene problemas de movilidad, pero aun así trepó a la cumbre. Quería conmemorar aquella aventura en parapente de la que se cumplen justo veinte años y que vivió acompañado de Anselmo Menéndez, Manolo Iglesias y José Luis Bernal. Fue un hito en el montañismo asturiano que sus protagonistas celebraron este fin de semana haciendo cumbre de nuevo, pero sin lanzarse. La normativa del parque nacional lo impide. A cambio, desplegaron la vela del parapente en la Vega de Urriellu. LA NUEVA ESPAÑA los acompañó hasta la cima.

Compromisos personales impidieron a Iglesias y Menéndez, los otros dos parapentistas del primer vuelo, asistir, pero allí estaban Blanco y Bernal. También estaba Nacho Bulnes, que acompañó a los parapentistas en aquella ascensión que culminó en el primer vuelo desde el Naranjo. Completaban el grupo Jorge Álvarez, Alejandro Tuñón, Carlos Jiménez, Toño Fierro, Julio César Tapia y Vicente García.

La efeméride contó, incluso, con camisetas conmemorativas. Los protagonistas se reunieron en Arenas de Cabrales, donde con el primer café de la mañana ya se escucharon los relatos sobre aquel primer día del vuelo. «Era una jornada perfecta. Las condiciones eran óptimas y todo estaba a nuestro favor. Nos quedó marcado para siempre», narraba Cheluí. Desde Arenas de Cabrales la expedición se desplazó hasta el collado de Pandébano. Y de ahí, al Naranjo.

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La normativa del Parque les impide lanzarse, así que sólo desplegaron el parapente en la Vega