Mis profesores me decían: «Estos gestos no pegan, por qué no te mueves de esta otra manera?». Profundizas un poco más en lo que es la música y el mundo del escenario, te das cuenta de que hay que saber transmitir lo que dice la música.

(Mario gesticula nervioso, pero sus ojos lo muestran relajado. Está contento de poder contar su historia y transmitir cómo se ha sentido durante su experiencia en la Academia de «OT»).

-Ahora es admirado, su club de fans de las «mariolas» ha sido un apoyo enorme para que llegase hasta aquí.

-Es increíble. Me he puesto en contacto con dos de las chicas que lo llevan y voy a hacer todo lo posible por echarles una mano para que el blog siga adelante. Tengo mucho que agradecerles a ellas y a todos los que me han apoyado.

-Hablemos de sus actuaciones en «OT», ¿hacia dónde vuelan los recuerdos?

-Lo cierto es que me han gustado muchas. Cantar un tema de Bon Jovi fue genial, me gustó mucho. Cuando canté la canción de Michael Bublé se produjo un cambio. Se había visto hasta entonces un Mario muy agresivo encima del escenario, muy energético, y llegó un nuevo Mario, de traje, relajado, haciendo algo diferente.

(No hay duda de que es un apasionado de la música, le cuesta limitar sus referencias y sus gustos, según cuenta, se extienden desde Mario Frangoulis a Michael Bublé, David Bisbal o los grandes grupos de rock).

-Sus fans dicen que su versión de «Funkytown» debería convertirse en la canción del verano.

-«Funkytown» me encantó porque me gusta bailar, creo que se vio que no paré de bailar, incluso en las partes donde no había coreografía yo me hice mi propia coreografía. Yo no quería estar quieto, y así acabé la canción, con una sudada increíble. La verdad es que estaba muy nervioso en esa gala. Tenía mucho miedo minutos antes, por si algo salía mal.

(Un par de amigos se acercan a su mesa para felicitarlo. No se veían desde su entrada al concurso y un Mario espontáneo les cuenta con naturalidad cómo ha sido todo en estos últimos días. «Para mí entrar en la Academia ya era increíble, era un casting de 9.000 personas y entrar entre los 18 fue una pasada», les relata emocionado. Mantenía el tipo pese a que ayer no era un día fácil para Mario. Tuvo que ir a ver a su primo Illán que ha tenido un accidente con un caballo y está muy grave. Un gesto serio le cubre el rostro de repente: «Lo aprecio muchísimo y espero que pronto se ponga bien y podamos ir juntos de cañas», comenta).

-Este look desenfadado que luce parece encajar bien con su estilo musical, ¿hasta qué punto cree que es importante?

-Está claro que el estilo va con la música, y es importante, por supuesto. Yo estoy dispuesto a trabajar y a hacer todo lo posible por hacerme un huequillo. La historia es no dormirme en los laureles, todos los cambios necesarios los haré.

-El miedo y el éxito, ¿van unidos para Mario?

-La verdad es que no tengo miedos. Soy consciente de que puede ser que las cosas no prosperen. Creo que hay que trabajar y tener suerte. Y en cuanto al éxito, para mí es un placer que la gente venga a pedirme fotos y autógrafos. Pero no me gusta la palabra famoso, soy reconocido porque he salido en la tele. Quiero seguir viviendo mi vida como hasta ahora. No tiene por qué cambiar nada. He entrado en un programa en busca de una oportunidad para vivir de la música.

-La gira de «OT» llegará a Oviedo el 16 de septiembre, con motivo de las fiestas de San Mateo.

-Sí. Es muy fuerte actuar en la plaza de la Catedral en las fiestas de San Mateo, algo que siempre soñé. Algún día espero poder venir como Mario, en solitario, sería una buena señal de mi trayectoria.

-Describa las sensaciones al entrar en «OT» y al convertirse en ganador.

-Son dos grandes momentos, para mi entrar ya fue un premio y era algo impensable. Pero imagínate ganar, de los 18 haber quedado ganador; nunca se me va a olvidar en la vida el momento en el que Jesús (Vázquez) dijo mi nombre y Samuel y Ángel Capel se me abalanzaron por la espalda para abrazarme.

(Ahora empieza la verdadera carrera profesional de Mario, pero él quiere seguir formándose. «Siempre hay que seguir estudiando y aprendiendo, con clases de canto o de otras cosas», declara. Antes de entrar en la Academia estudiaba arte dramático, le gusta la posibilidad de poder cantar y actuar en el terreno del musical. Ahora quiere centrarse. «Voy a poner todo mi empeño en el disco. De momento, aprovechar, vivir el presente y a trabajar», afirma sonriente).

Mario parece por dentro tal como se muestra por fuera: con un aspecto desenfadado, combinado con la elegancia de una americana y la comodidad de unos vaqueros. Así es Mario Álvarez, el ovetense de 23 años ganador de «OT».

No está nervioso, lo peor ya ha pasado, ahora es el vencedor del concurso y comienza a creérselo. Relajado, habla de su experiencia y de sus recuerdos. Aún una parte de él se encuentra dentro de esa Academia donde ha vivido tres meses. Pero cuando habla de futuro se le iluminan los ojos. Es su sueño, de eso no hay duda. «Desde que era niño supe que quería estar encima de un escenario», asegura.

Ha conseguido meter un pie en el mundo del espectáculo, donde siempre había querido participar, y ahora no dará marcha atrás, la suerte está echada y pondrá todo su empeño y su esfuerzo para abrirse camino en la embarrada carretera de la industria musical.

La fama no le preocupa, se muestra agradecido por el apoyo de la gente y la serenidad parece no haberle abandonado. La cabeza sobre los hombros y los pies en la tierra. No esconde su emoción cuando sus amigos le enseñan los vídeos del Auditorio de Oviedo repleto de gente en la noche de la gran final. Está ilusionado, pero es muy consciente de lo que debe hacer a partir de ahora: trabajo, lucha y confianza en el futuro.