Las empresas de navegación turística hacen por fin su agosto. En una temporada lastrada por un catastrófico mes de junio -marcado por el mal tiempo y por las inundaciones que inutilizaron el río para las actividades turísticas durante varias semanas-, el Sella remonta poco a poco el vuelo. Ayer mismo, cientos de turistas bajaban el río en canoa. Nada comparado con el sábado pasado, cuando hubo el doble de clientes, y menos aún con los próximos veinte días, cuando decenas de miles de aventureros emularán a los grandes campeones del Descenso del Sella y cubrirán el río con el colorido de las canoas.

Dos mil embarcaciones y unas cuatro mil plazas suman las veinte empresas que trabajan en el Sella. Habrá más de un día en que no quede ni una sola canoa libre. Y, cuando termine el año, habrán sumado unos 250.000 clientes. La navegación turística en ríos se ha convertido en sólo unos años en una de las actividades económicas punteras de la comarca.

El gerente de la empresa de turismo activo K-2, Salvador Vallina, resaltó que la temporada empezó «con mal pie», ya que como consecuencia de la riada del 16 de junio se perdieron muchas reservas, principalmente de centros escolares. Claro que «cuando trabajas en el medio natural este tipo de situaciones pueden ocurrir y hay que seguir adelante», destacó Vallina. Indicó que el recién terminado mes de julio ha sido «flojo» y con la actividad centrada principalmente en los fines de semana. Vallina, como el resto de sus colegas del sector, confía ciegamente en agosto, el mes «estrella» de la navegación turística. Ahora toca «trabajar a tope», añadió Vallina, quien finalizó con un reproche: «Asturias es un lugar privilegiado para el turismo activo pero las administraciones no venden este destino como deberían».

Ricardo Soto, «Calo», de la Escuela Asturiana de Piragüismo, sostiene que, pese al nefasto junio y a una «tímida» primera quincena de julio, 2010 será un año bueno, similar a 2009. «La crisis apenas se nota», afirmó. Y las previsiones para lo que resta de este mes son «excelentes». Alabó la labor de la Administración estatal, que limpió el río «de inmediato» tras la riada de junio.

Manolo Villarroel, de la empresa Cangas Aventura, al contrario que el anterior, asegura que el sector sí nota, y mucho, la crisis, que julio ha sido «más flojo» que el mismo mes del año anterior, y que la caída puede cifrarse en un 20 o un 25 por ciento menos de clientela que en 2009.

El «problema» de la navegación turística en ríos es que apenas hay tiempo para recuperarse de una mala racha, pues en septiembre la actividad decae ya notablemente. Además, el sector depende del tiempo. «Si hace malo, adiós muy buenas». Palabra de empresario.