El circo, la magia y el humor se dieron cita ayer, de la mano del grupo «Los Estrambóticos», en los Jardines de la Reina de Gijón. Desde las siete y media, esta pareja de cómicos argentinos entretuvieron durante más de una hora a centenares de personas que se congregaron junto al puerto deportivo para deleitarse con los malabares, equilibrios y diversos trucos de estos virtuosos circenses. El espectáculo estaba encuadrado dentro del programa «A ver la ballena».

La representación comenzó con un juego de malabares entre los dos actores, que se lanzaron las características mazas con gran habilidad y provocando las primeras miradas de asombro de lo más pequeños. «Los niños alucinan con el circo y la magia, así que traerles aquí es una gran forma de entretenerles», explica Yolanda Martínez, una de las madres allí presentes. «Los Estrambóticos» hicieron participar al público en todo momento para hacer más dinámico y divertido el espectáculo. En la parte trasera del escenario había una especie de gran caja negra donde los artistas se metían para cambiar de vestimenta y adoptar el rol de cada uno de los estrafalarios personajes de la exhibición. Cada vez que pasaban por ese habitáculo era como si adquiriesen una nueva personalidad. La música fue otro de los grandes protagonistas, ya que acompañó en todo momento cada uno de los movimientos de los artistas, que se desplazaban ágilmente por la tarima acompasados con las diferentes melodías. El show continuó con varios números de mímica, otros tantos de magia, y diversos juegos de equilibrismo. Muchos abuelos que acompañaban a sus nietos terminaron por aplaudir y jalear a los artistas, que consiguieron que todos los asistentes disfrutasen con sus ocurrentes monólogos y sus peculiares habilidades. «Me lo he pasado muy bien, me han gustado mucho los trucos de magia que han hecho y además me he reído todo el rato», decía Raquel Ramos, de sólo 7 años, al término de la función.

Santiago Garrido y Mariano Guz son los dos miembros de este curioso y exitoso grupo teatral. Ambos son menudos, enjutos y por supuesto extravertidos. Tienen la soltura y el desparpajo de los artistas callejeros de toda la vida, por eso consiguieron engatusar desde el comienzo de su actuación a los más pequeños. Después de varios años actuando en solitario en Madrid, decidieron que juntos podrían formar un espectáculo mucho más atractivo para el público, por lo que en el año 2006 optaron por fundar «Los Estrambóticos». Su fama fue creciendo y su talento y perseverancia les abrieron las puertas de muchos festivales en otros países europeos como Portugal, Italia o Suiza; y también de otros mucho más lejanos como Corea del Sur o Japón. Tanto Garrido como Guz nacieron en Argentina, y pese a que tardaron sólo unos meses en emigrar a España, conservan los genes de los clásicos cómicos argentinos.