En Candás, ayer estuvieron de fartura. Y, encima, a lo grande. Cerca de 5.000 kilos de sardinas pasaron en pocas horas directamente de las planchas a los paladares de miles de vecinos y visitantes, que un año más no quisieron perderse la oportunidad de degustar uno de los pescados estrella del verano en el 45º Festival gastronómico de las fiestas de San Félix. Eso sí, lo que llegó al plato no fue producto asturiano, sino en su mayoría gallego. La escasez de sardinas en el Cantábrico -este verano tan sólo se han rulado 4.000 kilos que descargó en la lonja de Avilés el pasado 16 de julio el cerquero "Nueva Emperatriz"-, obligó a los hosteleros locales a servir producto capturado en el Atlántico y a un precio más elevado que en ediciones anteriores (de diez a doce euros la docena).

Aun así, el manjar del mar más cotizado en estos meses de verano no perdió calidad. Al menos eso es lo que aseguraron los miles de comensales, que ayer se concentraron en el paseo de San Antonio para devorar más de 20.000 ejemplares, acompañados de ricos culinos de sidra. Las nubes, pese a que descargaron agua en otros puntos de la región, no rompieron a llorar en Carreño y permitieron que el festival saliese a pedir de boca. De hecho, el público no apreció casi diferencia entre el producto autóctono y el gallego. Y es el que al final, las sardinas "no son para hablar con ellas, sino para comérselas", como dijo, entre risas, Antonio Garín, en compañía de su familia, con las raspas y algún trozo de empanada de tomate, cecina y queso de cabra sobre el mantel. "Están buenas y muy carnosas", comentaron, por su parte, Jorge Sánchez y Roberto García, entre bocado y bocado. Aunque eso sí, "más pequeñas de lo normal", como indicó Alfonso Careaga, procedente de Langreo. Aun así, está claro que la mejor receta de este pez se cocina siempre en Candás.

En concreto, en el restaurante Casa Repinaldo, que se llevó el premio de "sardina de oro" (ya lleva ocho), por delante de los otros seis chigres que participaron en el festival. ¿El secreto? "Mirar para ella en la plancha y mimarla", manifestó el responsable del bar, Ángel Repinaldo. El segundo galardón, la "sardina de plata" fue para el Xigrín, y la de bronce se la llevaron, empatados, el Llagarón y el Molín del Puerto (Gozón). Sus responsables defendieron la calidad de la sardina servida ayer en Candás. "Es un pescado muy uniforme y con un sabor ideal", señaló el hostelero Chus Rodríguez del restaurante del concejo vecino.

Sin embargo, el jurado, presidido por el popular cocinero carreñense, de Casa Gerardo, Pedro Morán aseguró que la calidad fue buena, pero no excelente. "Se nota que este no es un buen año de sardinas. Se aprecia en la textura, en que tiene menos de grasa y en su tamaño, que son más pequeñas", explicó Morán, que reveló, además, las claves de una receta triunfadora: "Nosotros siempre valoramos que el pescado esté en su punto; más vale que el ejemplar esté poco hecho que lo contrario".

Pero ayer en la villa marinera no sólo fueron protagonistas las sardinas, sino también las tres personas artífices del certamen, dedicado a este pez y declarado fiesta de interés turístico regional: Joaquín Raimundo Rodríguez, Alberto García y Cipriano Aramendi, "Panín". Los tres, integrantes de la ya desaparecida Sociedad de Festejos de Candás (Sofeca) recibieron el calor del público en un homenaje emotivo y lleno de recuerdos. "Las fiestas de San Félix antes no tenían nada, la misa y poco más. Así que pensamos en la forma de atraer gente. Por aquel entonces sardinas en el pueblo había muchas y tenías muy poca salida, así que decidimos crear un festival para darle auge", cuenta Rodríguez. Y así fue, misión cumplida, 45 años después.

Tras el banquete de sardinas de ayer, hoy el protagonista será la sidra con uno de los eventos centrales de las fiestas de San Félix: el rally. La carrera batirá récords de participación con más de 2.000 personas, desde las seis de la tarde en la fuente Los Ángeles. Los culinos ayudarán a pasar mejor la fartura de sardinas.