La Casa Infantil Covadonga de La Pola de Gordón, por la que pasaron más de 20.000 niños con problemas respiratorios durante las cuatro décadas que fue un sanatorio, acogió este fin de semana la reunión anual de antiguos residentes. María del Carmen Cepedal es la presidenta de la Asociación Pro Gregorio Marañón y organizadora de este evento, cuyo objetivo principal es poner en valor los recuerdos de esta vivienda, que abrió sus puertas hace 71 años. Por eso, los que fueron miembros de la comunidad se reúnen una vez al año para recordar las vivencias de antaño. "Es un encuentro muy entrañable, la gente cuenta muy buenas historias", comenta la mujer, satisfecha por el éxito de la decimoquinta edición de este evento, al que acudieron en torno a doscientos residentes en Asturias.

Los actos comenzaron con una reunión de los antiguos residentes en la plaza del ayuntamiento de La Pola de Gordón. "Nos recibimos unos a otros entre besos y abrazos", cuenta Cepedal, ya que muchos de los asistentes son habituales a este acto anual. Tras el emotivo encuentro, los participantes protagonizaron un pasacalles que, ente gaitas y tambores, llevó a los asistentes a la iglesia parroquial del municipio leonés. Allí, tuvo lugar una misa en memoria de los antiguos muchachos de la Casa Covadonga, especialmente dedicada a los que ya han fallecido.

Los más de doscientos participantes se dirigieron después a la biblioteca municipal, donde disfrutaron de una charla coloquio en la que se destacaron los logros y la vida del médico y humanista Gregorio Marañón, impulsor de la Casa Covadonga. "Soy una gran debota de don Gregorio, le admiro mucho, leí casi toda su obra completa y sin él, jamás hubiese existido esta residencia", comenta Cepedal. Como colofón a la charla, doce de aquellos niños, hoy ya adultos, fueron homenajeados y recibieron una placa conmemorativa.

A modo de despedida, los presentes se juntaron en los jardines del pueblo a difrutar de unos pequeños tragos de sidra y, una vez más, la música de las gaitas acompañó al grupo. La asociación cuenta también con una exposición fotográfica de todos los niños que vivieron en la casa durante su infacia, que se puede visitar en un centro de La Pola de Gordón. A la muestra antigua se han añadido fotografías de los últimos encuentros. Cepedal asegura guardarlas con mucho "cariño".