Es una de las voces de la literatura hispanoamericana con mayor reconocimiento internacional y está considerada como una de las poetas fundamentales de Nicaragua, el país de Rubén Darío. La multipremiada Gioconda Belli (Managua, 1948) deslumbró con su lírica oceánica y con sus versos de un intenso erotismo desde sus primeros libros, a principios de los años setenta y cuando las poetas aún no escribían así. Militó y ocupó cargos de responsabilidad en el Frente Sandinista. Ha ganado el "Biblioteca Breve" de Novela y tiene la Orden de las Artes y las Letras que concede Francia. Hoy leerá sus poemas en la "Semana negra". Es uno de los actos más esperados.

-Es su primera participación en este festival?

-Sí, es la primera vez. Me parece una maravilla. Sólo este arranque en el Tren Negro y el hecho de que todos los escritores viajemos juntos, es ya estupendo. Pensaba que la "Semana" estaba centrada sólo en el policiaco, en el género negro, y ya veo que participan autores de todos los géneros y que hay un gran interés por el cine o el cómic, que me parece muy importante y me interesa mucho. Es clave juntar a tanto creador y hacerlo de manera tan jovial. Me interesa mucho ese aspecto colectivo de la "Semana". Estoy muy contenta.

-Leerá poemas mañana (por hoy) con Luis García Montero. ¿Le gustan las lecturas poéticas públicas?

-Me encanta. Me gusta mucho porque en Nicaragua tenemos una larga tradición de celebrar la poesía en público. Ahí tenemos una manera muy particular de decir la poesía, una escuela. En el mes de febrero organizamos en la ciudad de Granada un festival que incluye lecturas de poemas en las plazas, así que tengo experiencia en este tipo de foros.

-José Coronel Urtecho la incluyó en una nómina de poetas nicaragüenses junto a maestros como Rubén Darío, Ernesto Cardenal y Carlos Martínez Rivas, nada más y nada menos?

-Es una satisfacción tremenda, claro. Coronel es uno de mis maestros y cuando empecé a escribir me apoyó mucho. Cuando emergí en la poesía nicaragüense hubo mucho escándalo porque yo decía cosas que no se escribían. Tuve mucha reacción, incluida la familiar, y él me ayudó bastante. Me bendijo al ponerme ahí junto a los monstruos sagrados de la literatura de Nicaragua. Fue tremendo.

-Su poesía es intensamente erótica, femenina y feminista, pero rara vez ve al varón como un enemigo o un adversario, lo que la diferencia de otras poetas?

-Siento que el hombre es un compañero y que hacemos un binomio muy esencial, el uno para el otro. En el feminismo latinoamericano ha existido una corriente amplia que no es hostil al hombre. Cuando cuestionamos el patriarcado, somos conscientes de que el hombre es también víctima de ese esquema. Mujer y hombre, juntos, somos los que vamos a poder cambiar las cosas para vivir plenamente, todos, desde el amor hasta la existencia en sociedad. La división es absurda y tiene, cada día, menos razón de ser.

-Hay en su poesía una veta política importante. ¿Los poetas han dado la espalda a los problemas de todos?

-Sí, lo noto mucho en la nueva poesía nicaragüense. Ha habido como una reacción a toda la poesía política que se hizo durante los años setenta. Existe como una visión más hacia adentro, más intimista y una tendencia a la poesía hermética. Tiene que ver con los tiempos, creo. Todavía hay poesía de protesta, pero ha cambiado bastante la perspectiva. Siempre que se produce un movimiento como el que hubo en Nicaragua, de euforia revolucionaria, le sucede otro contrario a ese estado. Y, además, en Nicaragua estamos viviendo una época nada eufórica, muy difícil. Los elementos que fueron importantes en la revolución (sandinista) se utilizan ahora de manera falsa y hay mucho cinismo.

-¿En qué sentido?

-Bueno, pues se usan para la propaganda. Daniel Ortega se ha apropiado de todo el legado del sandinismo y hasta ha modificado la historia: los héroes, las etapas?Y todo se le atribuye a él mismo. Eso cambia el mensaje de una revolución que se caracterizó, precisamente, por la participación colectiva.

-Usted estuvo se implicó muy activamente en el Frente Sandinista. ¿Cómo fue esa participación?

-Ahora estoy en la oposición por mi actitud crítica con aspectos como esos de los que hemos hablado. Discrepo de los planteamientos del Gobierno (presidido por Daniel Ortega). Es populista, poco democrático y ha desvirtuado las instituciones, que eran ya débiles; está en un proceso de ir tumbándolas una por una y, lo que es muy peligroso, de concentración del poder en la persona de Daniel Ortega. Y, prácticamente, se ha concedido la soberanía de Nicaragua a una empresa china. Salimos del sometimiento a los Estados Unidos para hacer de Nicaragua casi un enclave chino. Estamos muy desinformados sobre esa concesión que se aprobó en una semana.

-Veo que está próxima a las posiciones de Sergio Ramírez?

-Exactamente, estamos más o menos en la misma línea.

-¿Por qué dice "más o menos"?

-Porque no somos un partido político.

-¿Y por qué no lo constituyen?

-Tanto Sergio como yo nos salimos del Frente Sandinista y constituimos el Movimiento Renovador Sandinista, pero hace algunos años nos quitaron la seña jurídica, así que no podemos participar, aunque es el partido más importante en términos morales y éticos.

-¿Por qué una poeta reconocida como usted escribe también novela?

-La poesía me sale más de la entraña y es algo más íntimo. Cada género me ayuda a explicar distintas cosas, así con la novela siento que tengo la posibilidad de hablar de otros temas y expresar una voz colectiva; multiplicarme y hablar de la multiplicidad de experiencias. Y siento que yo no puedo hacer eso con mi poesía, que es algo que me pasa a mí, que viene de dentro. La novela, en cambio, es un trabajo más elaborado.