"¡Abrazos y besos a toda la gente que está en la cola! Me dejaré la piel por vosotros", publicaba Alborán en las redes sociales horas antes del concierto de anoche en Gijón. Y cierto es que hubo colas a la entrada del primer gran recital del verano gijonés, de fans entregadas a su ídolo que corearon su nombre, impacientes, desde minutos antes de que el malagueño saltará al escenario del patio de la Laboral.

Ayer, Pablo Alborán llegó a Gijón, donde no actuaba desde 2013, para presentar su nueva gira "Terral", con la que arrasa por todo el país, después de hacer las américas. Vestido con pantalón vaquero negro y camiseta del mismo color, el cantante y compositor melódico de moda arrancó con "Está permitido", una de las piezas de su nuevo álbum.

"¡Buenas noches, familia", se arrancó en su primera alocución a un público entregado, mayoritariamente de jovencitas pero no sólo. Y era una familia extensa: más de seis mil personas se dieron cita en el evento. "En Gijón siempre me hacéis sentir como en casa", añadió después Alborán, quien hizo memoria de un anterior concierto, en 2013, en esta misma ciudad, en el mismo recinto. "Una noche inolvidable", dijo, "que espero que se repita de nuevo hoy". Y los aplausos y los gritos ya no dejaron de sonar, a lo largo de más de dos horas de concierto.

Alborán encadenó entonces canciones coreadas por sus seguidoras, como "La escalera", "Pasos de cero", "Ecos" o "Recuérdame", su último single. Fue entonar esta canción con la estrofa inicial -"Deja que hable, deja que hoy te cuente, como quema que te vayas entre lágrimas me duele" y desatarse la locura entre sus seguidoras más cercanas.

Entre las canciones más esperadas de este concierto se encontraban las actuales "Quimera", en cuya grabación colaboró el puertorriqueño Ricky Martin, y que permitió a Alborán mover sus caderas al ritmo de la música latina; "Gracias" dedicada a todas sus fans o"Vívela" incluida en su último trabajo. Pero fue cuando cantó sus grandes éxitos "Tanto", "Por fin" o "Te echado de menos" acariciando cada sílaba con sus singulares quiebros de voz, cuando el público se entregó totalmente.

Las pruebas de sonido comenzaron a las seis de la tarde, hora en la que la cola se hacía más y más larga. "Hemos llegado a las siete y media de la mañana", comenta Cynthia Rocha, procedente de Piedras Blancas. Su amiga Desirée González confiesa que para que la espera se haga más entretenida "jugamos a las cartas o escuchamos música. Si no nos arrancamos a cantar canciones de Pablo". "Es el primer concierto al que vengo, llevo aquí junto a mis amigos desde las nueve y media de la mañana", relata el ovetense Javier Noriega.

Las integrantes del club de fans oficial del cantante andaluz presentes en el evento, repartieron a los asistentes carteles con el lema: "siempre contigo", para mostrar el apoyo incondicional al artista, lo que propició uno de los momentos más inolvidables de la noche, ante un Pablo emocionado. La gijonesa Paula Piñero vestía orgullosa una camiseta en la que se podía leer: "Quiero ser tu éxtasis". "Éxtasis" era una de las canciones más esperadas de la noche, incluida en el anterior álbum del malagueño.

"Parece un chico muy humilde y familiar y eso es lo que nos encanta de él", explican las amigas Margarita Menéndez y María Fernández. "Lo sigo desde que empezó a sonar en la radio ", apunta Gema Vallina, que presenció el recital acompañada por su madre.

Sus más incondicionales fans coincidían en que lo que les enamora del artista es su cercanía y la sensibilidad que muestra al cantar. "Su voz es mágica", señala una seguidora de Llanes horas antes de la apertura de puertas, mientras pintaba a sus amigas en los brazos corazones y el nombre del cantante. Ya soplaba el viento. Un rato después el viento Alborán pasó por Gijón como un huracán.