El sonido celta ha dejado ya de llenar las calles de Avilés tras cinco días de Festival Intercéltico, en el que músicos de diferentes partes del mundo se unieron por el amor a una cultura y una música. La ceremonia de clausura, celebrada ayer por la tarde en El Carbayedo, fue más emotiva por un cambio de planes que propuso la organización de "Esbardu". "Decidimos tocar el himno de Asturias en honor a los cuatro montañeros avilesinos desaparecidos en el Himalaya", explicó Juan Casas, director de la banda de gaitas avilesina.

Tras el emotivo homenaje, la ceremonia de clausura volvió a su programa habitual. En primer lugar, se produjo el llamado "Encuentro de países Celtas". "Es un momento muy emotivo. Todos los países que participamos nos encontramos en un punto", describió Casas.

Después se produjo el llamado "Suaño Celta", que se compone del izamiento de las banderas de todos los países y, a continuación, la interpretación del himno de cada país. Se interpretó además el "Preludio de la batalla", que consiste en la representación de lo que ocurría antes de una batalla contra los conquistadores romanos. Por último tuvo lugar el emotivo "Triunfo de los países Celtas" sobre el pueblo romano, en el que participaron simultáneamente el anfitrión "Erbardu" y todos los países visitantes este año.

El Festival Intercéltico llegó a su fin con "El pieslle" a las 21.00 horas. Atrás queda una edición cargada de buena música celta y con un resultado, según la organización, muy satisfactorio. "La edición de este año ha sido increíble. En 'Esbardu' estamos muy contentos del trabajo hecho", manifestó Juan Casas, que añadió que "lo único de lo que tenemos ahora ganas todos es de dormir, porque llevamos unos días muy intensos". Ayer les llegó el merecido descanso.