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La montaña asturiana, un "bello" desafío para los ciclistas madrileños

Miembros de un popular club de la capital recorren la región por su 90.º aniversario

De izquierda a derecha: Raúl Martín, Vicente Collado, Alejandro Fernández, Rafael Gámiz, Ángel Herráez, Ignacio Fontecha, Jesús Arroyo y Carlos Vega, con la bandera de Asturias en Pola de Somiendo.

Mientras Chris Frome y Nairo Quintana se disputaban el Tour de Francia en las rampas de los colosos de los Alpes, ocho amigos y miembros del Club Ciclista Chamartín de Madrid, formado por aficionados a este deporte en ese barrio de la capital, se medían a las míticas cimas de Asturias sin el aliento de la afición. Alejandro Fernández, Raúl Martín, Ángel Herráez, Jesús Arroyo, Rafael Gámiz, Ignacio Fontecha, Carlos Vega y Pedro Morales decidieron celebrar el noventa aniversario de su entidad realizando lo que denominaron como "Desafío Astur". El proyecto consistió en recorrer la región en bicicleta durante una semana, del 19 al 25 de julio.

El recorrido, de uno 900 kilómetros, estuvo dividido en etapas y los ciclistas utilizaron tres puntos de partida: Pola de Somiedo, Cangas de Onís y Oviedo. Alejandro Fernández, el único asturiano del grupo (es natural de Oviedo), convenció a su compañeros para embarcarse en esta aventura y diseñó la ruta. "Elegí tres sedes y desde ellas tracé las rutas ", destacó el ciclista. El desafío recorría los principales puertos asturianos que han formado parte de la Vuelta Ciclista a España: La Farrapona, San Lorenzo, Cotobello... Por supuesto, no faltaba los Picos de Europa, con la mítica ascensión a los Lagos de Covadonga. Alejandro Fernández destacó con orgullo la satisfacción que sintieron sus compañeros. "Apenas conocían esta tierra y quedaron encantados. De hecho, señalaron que el recorrido estaba a la altura de los viajes que han hecho por los Alpes o los Pirineos", comentó el ciclista asturiano. El grupo confeccionó unos maillots especiales para la ocasión.

La ruta contaba con trayectos "opcionales". En función de sus fuerzas, los ciclistas realizan o no el tramo. Aunque mayoritariamente recorrieron todos los trazados previstos, finalmente no ascendieron a la cima del Angliru. "Se dice que es el puerto más duro del mundo, nosotros decidimos no subirlo por una cuestión de seguridad, la bajada es muy complicada", reconoció Alejandro Fernández. Para el grupo, el punto más duro fue el Gamoniteiro.

El riesgo en este tipo de actividades debe ser cero, según este grupo. "Nosotros, en cuanto veíamos que empezaba a llover, modificábamos rápidamente el recorrido, con el objetivo de minimizar los riesgos", afirmó el deportista. Para realizar esta actividad, es imprescindible el entrenamiento y, además, mucha motivación. "Estamos hablando de etapas de más de seis horas, necesitas mucha fuerza mental", resalta.

El grupo era muy variopinto en edades. El más joven de todos tiene 30 años y el más veterano arrastra 63. Sus profesiones son igual de heterogéneos, desde trabajadores del sector financiero hasta electricistas; pero todos tienen un punto en común: el ciclismo. El equipo tiene pensado volver el año que viene. "Seguramente haya una segunda edición de Desafío Astur", destacó Fernández. El ciclista comentó que "Asturias no tiene nada que envidiar a otros lugares" y que "no somos conscientes de la belleza del paisaje asturiano". El "Desafío Astur" se conquistó sin accidentes, sólo algunos pinchazos.

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