"Las fiestas de Santiago y Santa Ana hacen que uno se sienta seguro, vertebrado en una sociedad que te recuerda a dónde perteneces, lo importante para la felicidad es tener un sitio donde eres como eres". El físico e investigador de la Universidad de Oviedo, el moscón Pablo Alonso, dio el chupinazo de salida de las fiestas de Santiago y Santa Ana de Grado con un pregón muy emotivo y entrañable para el que no escribió ni una línea. Alonso pregonó de corazón.

Alonso comenzó recordando sus primeros festejos cuando era un niño y vivía en el barrio de La Flor. "Era un microcosmos del que no salíamos en todo el año salvo dos días, la marcha cicloturista y la paella de San Pedro y el día de Santa Ana". Iban todos vestidos con las camisetas de la peña de La Flor que terminaban hechas jirones a la llegada al parque de Arriba, "siempre rotas con lo guapas que son", bromeó.

Unos recuerdos de "felicidad absoluta" que unen en un sentimiento a todos los moscones. "Te vas acordando de algo que compartimos todos". Un sentimiento por Grado y sus fiestas que se acrecentó cuando estuvo fuera de España. Así, Santiago y Santa Ana se convirtieron para él, y como lo es para muchos moscones, en días de reencuentro con amigos y familiares. "Es importante ver a los de siempre".

Desde fuera, Santiago y Santa Ana se ven con mucho más amor si cabe. Por eso, nunca perdió la oportunidad de invitar a compañeros de ciencia a compartir buenos ratos en los festejos locales. "Siempre destacan la hospitalidad y lo bien que les tratan en Grado". Y se acordó de un compañero muy especial que a día de hoy sigue buscando parcela para construir una casa en el concejo. "Vino un amigo científico de China y después de varias copas me para uno y me pregunta '¿dónde ta Juanín?' y yo no sabía de quién me hablaba y me dijo '¡coño, el chino! Como si ya fuera de Grado, que tenía hasta nombre. Eso no pasa en todos los sitios", rememoró con mucha gracia.

Santa Ana es también momento de reencuentro, aunque distinto. Pregonó Alonso que ese día es intergeneracional, en el que amigos de padres e hijos comparten la fiesta moscona por igual. "Ese día el paisano tá transformao y eso no es vestío de muyer, sino con el pantalón corto, la camiseta y más feliz que la hostia transformado con la sidra". El público entendió y rió. Y según Alonso ése es el quid de la hermandad, de ser miembro y parte de una comunidad.

Tampoco quiso olvidar el pregonero, al que ya muchos llaman "el rey del grafeno" por un titular de LA NUEVA ESPAÑA, el altruismo de esas personas que hacen posible la fiesta de Santiago y Santa Ana. Y como buen científico, un físico como Einstein no podía faltar en el pregón. Al hilo del altruismo, Alonso citó que al genio de la relatividad le parecía una enorme responsabilidad hacer bien su trabajo porque mucha gente hacía su vida mejor con pequeños granitos de arena. Y eso es Santa Ana, un día en el que mucha gente hace que Grado sea mejor.

Alonso se despidió animando a los moscones a festejar: "Viva Santiago y Santa Ana¡ y !Viva Grao!". Después el voladorón que dio el verdadero pistoletazo de salida de la fiestas más queridas por los moscones.

Festival "Folk in Grau"

Salvo los minutos del pregón festivo, la plaza General Ponte estuvo inmersa en la música y los bailes tradicionales con el festival "Folk in Grau", que animó la primera jornada de la recta final de los festejos.

La banda de gaitas "Conceyu Grau" y el grupo de baile "La Madreña" de Llanera fueron los primeros en animar a los moscones, consiguiendo que los más pequeños se situasen en las primeras filas fascinados con los movimientos de los trajes y el sonido de la gaita.

Las actuaciones dieron paso a la sección de tonada en la que Odón García, Lorena Corripio, Ismael Tomás y la moscona Noemí Alonso dieron el do de pecho con sus espectaculares y porentes voces. A su lado, una de las mejores gaitas de la región, Vicente Prado "El Pravianu".

"Folk in Grau" se cerró desde casa. Al escenario se subió el grupo "Tuenda", en el que pone voz el moscón Xosé Ambás. La formación consiguió meterse al público moscón en el bolsillo y dejar a los vecinos con ganas de más y más fiesta. A buen seguro que estos días, en la villa moscona, no faltará.