El Castillo y La Florida dieron ayer ejemplo de fortaleza, y no precisamente por los muros de piedra que esconden una torre rematada con almenas en un recodo del Nalón. Los vecinos, más unidos que nunca desde hace ocho años, cuando recuperaron las fiestas de San Martín, celebraron ayer la octava edición de la regata de chalanos. Nada amedrentó a los siete equipos formados por tres personas cada uno -dos remeros y timonel - a lanzarse al agua con sus barcas emulando el trabajo que hace ya muchos años desarrollaban en la desembocadura del Nalón unos lobos de mar de los que se decía que "pescaban" carbón. Las primeras regatas de chalanos eran, como la de ayer, competiciones amistosas entre trabajadores del carbón del Castillo, La Arena y San Esteban que transportaban el entonces preciado mineral en sus chalanos hasta el puerto murense, desde donde salía el carbón hacia distintos destinos en buques.

"Sabemos que vamos a quedar los últimos pero lo importante es mantener la tradición y hacer algo de comedia", manifestaba antes de la competición José Ramón Regueiro, un veterano en la prueba, de 58 años. Pasadas las 12.30 horas comenzó la regata. Las lanchas debían llegar hasta el puente de La Portilla, dar la vuelta a la isla del "Cucuruxu" y regresar al Castillo, el equivalente a unos 1.400 metros. Los participantes remaron, y bien, escoltados por un número importante de embarcaciones de apoyo. Al final ganó un equipo "del pueblo" liderado por Abel Menéndez García, el patrón más joven de todos los que participan con solo ocho años. Competía con su padre, Miguel, y un amigo de este, Tomás Martínez. Con escasa diferencia fueron llegando a tierra el resto de embarcaciones, una de ellas remolcada. El buen humor no faltó entre los participantes, que unieron sus lanchas al finalizar la regata en homenaje a uno de sus paisanos: el "Gemelo", como todos conocían en Soto a Ángel Palicio, un asiduo regatista fallecido recientemente. Por él, el Nalón se llenó de rosas blancas.

La fiesta continuó tras las regatas. El Castillo detuvo un año más el reloj en la Edad Media y lució pese al incansable orbayo sus calles empedradas salpicadas de puestos artesanales, los miradores estratégicos y las casonas con blasones. La fiesta llegó a partir de las ocho, cuando comenzó una espicha popular. Por la noche estaba prevista la actuación de dos orquestas. Hoy continúa la programación, con misa, sesión vermú, baile regional con "Brisas de Aguilar" (Muros de Nalón) y romería a partir de las 20.00 horas con "K-Libre".

El próximo año El Castillo y La Florida volverán a remar en la misma dirección, otro ejemplo de fortaleza.